Los extremistas anuncian la creación de un Gobierno inminente mientras Occidente trabaja en prestar ayuda humanitaria.
PUBLICIDADEs un hecho. Como había quedado pactado y como el propio Joe Biden había confirmado en más de una ocasión, este 31 de agosto las tropas estadounidenses abandonaron definitivamente Afganistán, tras 20 años en el país.
En el aeropuerto de Kabul, ya vacío tras varios días de caos y desesperación de muchos, los talibanes protagonizaban un paseíllo histórico que confirma una nueva era en el país asiático, según ellos, digna y próspera.
"Damos plenas garantías a todo el mundo de que nadie debe tener ninguna preocupació", decía Zabihullah Mujahid, portavoz de los extremistas. "El Emirato Islámico está aquí para proporcionar seguridad, para asegurar la dignidad de la gente, y trabajamos para ello día y noche. Si Dios quiere, pronto se anunciará un Gobierno, todas las oficinas gubernamentales reabrirán, los bancos y la economía empezarán a moverse y el país dará pasos hacia la prosperidad."
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Lo cierto es que todo eso está por ver, y muchos ciudadanos han preferido sacar su dinero de los bancos antes de que el Gobierno talibán eche a andar. Otros muchos, según nos confirma el corresponsal del Al Jazeraa en Kabul, Ali M Latifi, siguen esperando ayuda de Occidente para poder salir del país:
"Las personas que se han quedado atrás son realmente una cuestión internacional, porque tenemos que recordar que estos diferentes países no les facilitaron mucho la salida. Sus procesos de visado no eran claros", denuncia Latifi.
Latifi recuerda además que "también fueron estos países los que dijeron a los talibanes y a las fuerzas de Estados Unidos que durante la última semana no dejaran acercarse al aeropuerto a nadie que no tuviera un pasaporte extranjero o una tarjeta verde. Así que el destino de estas personas está muy relacionado con el resto del mundo", insiste el periodista.
A la espera de en qué grado y durante cuánto tiempo la comunidad internacional mantiene su ayuda humanitaria y de si se permite de verdad o no salir del país a todo aquel que lo desee, Afganistán aborda ya su nueva realidad.