La Patrulla Fronteriza ya ha trasladado a al menos 3.300 migrantes a aviones o centros de detención, y espera terminar las deportaciones a lo largo de la semana mientras bloquea las nuevas llegadas en la frontera con México
Enfado y desolación entre los haitianos deportados de Estados Unidos. Mujeres con bebés, jóvenes, y familias completas. Más de 200 personas que intentaban entrar a Estados Unidos fueron devueltas el domingo a Haití. Todos recibieron 100 dólares y fueron sometidos a pruebas de COVID-19.
"Cuando llegamos a Estados Unidos nos pusieron en detención durante 4 días; 4 días sin lavarnos los dientes; 4 días sin ducharnos, lo único que nos dieron fue algo de comida. Mira qué sucios estamos", se queja uno de ellos.
Habían gastado miles de dólares en un viaje que se estancó en un campamento improvisado bajo un puente en la localidad de Del Río, en el sur de Texas. Allí se reunieron más de 12.000 personas en condiciones insalubres.
"No hay suficiente comida para dar a todos los que están allí dentro. Tenemos que salir del campamento para buscar comida y las cosas están peor", cuentan los migrantes.
"En mi casa no tengo nada para vivir. Todo lo que tenía ahora está aquí", asegura uno de ellos.
La mayor expulsión de migrantes en décadas
La Patrulla Fronteriza ya ha trasladado a al menos 3.300 a aviones o centros de detención, y espera terminar las deportaciones a lo largo de la semana mientras bloquea las nuevas llegadas en la frontera con México.
La operación va camino de convertirse en una de las expulsiones más rápidas y a gran escala en décadas.
En este caso regresan a un país, Haití, más inestable aún de lo que lo dejaron, tras un devastador terremoto y el asesinato del presidente Jovenel Moïse.