La crispación está creciendo en las calles. Un millón y medio de ciudadanos ha pagado por adelantado sus apartamentos inacabados
Los mercados financieros tiemblan ante el posible colapso de Evergrande. La empresa china, uno de los mayores promotores inmobiliarios del mundo, se hunde bajo deudas por valor de 260.000 millones de euros y se espera que esta semana incumpla los próximos pagos de intereses.
Pekín se enfrenta al dilema de rescatar a la empresa, lo que iría contra su la campaña de estabilización del mercado inmobiliario.
"Creo que se trata más bien de un rescate silencioso", dice el analista de CMC Markets Kelvin Wong, "porque tampoco quieren decir explícitamente: 'Oye, estoy aquí para inyectar miles de millones para rescatarte', porque no quieren crear realmente otro riesgo moral para el mercado y dar el mansaje de que puedes seguir con tu negocio como siempre porque al final te rescataremos".
Desde Evergrande han querido trasladar un mensaje de tranquilidad. Su fundador ha dicho a los empleados que la empresa "pronto saldrá de su periodo más sombrío".
Miedo y protestas
Pero la crispación está creciendo en las calles. Un millón y medio de ciudadanos ha pagado a Evergrande por adelantado sus apartamentos inacabados, y las protestas están surgiendo en varios puntos del país.
Además existe otro miedo: que el efecto de la caída del gigante inmobiliario no se limite solo a China sino que sea global, convirtiéndose en una nueva crisis como la que dejó la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers en 2008.