Volcán de La Palma: la columna de dióxido de azufre llega al Caribe, sin riesgo para la población

Si hace una semana el dióxido de azufre que emite el volcán Cumbre Vieja de La Palma recorrió el Continente europeo, estos días los vientos han cambiado y la columna de SO2 está llegando al Caribe después de cruzar el Atlántico. Según la previsión del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera (CAMS) de la red europea Copernicus, las principales concentraciones comenzarán a llegar al este del Mar Caribe este jueves y continuarán dirigiéndose a Puerto Rico, Haití, República Dominicana y Cuba durante el fin de semana.
La previsión de CAMS se está viendo confirmada por los datos del satélite Sentinel 5 de Copernicus como muestran las imágenes obtenidas por Platform Adam este miércoles 6 de octubre.
Estos penachos de dióxido de azufre viajan a una altitud de entre 5.000 y 10.000 metros y no tienen incidencia en la calidad del aire. Se trata de un fenómeno típico de las erupciones volcánicas.
A esta altitud y con este nivel de concentraciones tampoco son susceptibles de provocar episodios significativos de lluvia ácida o modificar la meteorología o el clima.
Las imágenes del penacho, aunque espectaculares, representan la columna total de SO2 y no tienen ninguna incidencia particular.
Resultan más dañinas para la calidad del aire y el medio ambiente las emisiones a baja altitud que generamos con la quema de combustibles fósiles con el tráfico marítimo, rodado o en la industria.
El dióxido de azufre en grandes cantidades, cuando se inyecta directamente en la estratosfera, en el caso de grandes erupciones volcánicas, sí puede tener un efecto de enfriamiento al reflejar la radiación solar. Ocurrió en 1991 con el volcán Pinatubo, que enfrió el clima global durante varios años.
Sin embargo no es el caso del volcán Cumbre Vieja de La Palma, cuyas emisiones están dentro de lo normal para una erupción volcánica importante como esta.
Los científicos del Instituto Volcánológico de Canarias estiman que el Cumbre Vieja está emitiendo entre 10.000 y 20.000 toneladas de SO2 al día. Según explican, medir el dióxido de azufre es importante porque da una indicación clara del proceso eruptivo. Si se detecta una caída en los niveles de SO2 significará que la erupción está terminando.