Arranca la temporada de esquí en Tignes con algunas restricciones frente al coronavirus

Arrancó la temporada de esquí en Francia. Tras un año ciertamente duro marcado por la pandemia y la consiguiente falta de esquiadores, la estación alpina de Tignes se convirtió este fin de semana en la primera en abrir sus pistas y remontes, aprovechando su inmejorable ubicación junto al glaciar de la Grande-Motte.
Los esquiadores y snowboarders, por supuesto, encantados: "Anoche condujimos dos horas y media", confesaba uno de ellos. "Está genial, hace buena temperatura, es agradable. Todo lo que nos ha faltado durante todo este tiempo de COVID".
Algo más de 1000 personas aprovecharon el fin de semana para acercarse a la famosa estación y tomar el impresionante funicular que sube al glaciar, a casi 3.500 metros de altitud. Durante el transporte es obligatorio el uso de mascarilla, pero no en las pistas, y se requiere además de un pase sanitario a la hora de comer.
Con todo, para los afortunados de estas pistas el coronavirus no es más que un mal recuerdo: "Esperamos que sea una gran temporada, que se pueda esquiar", decía otro esquiador. "Debería existir esa posibilidad, creo que la cosa va por buen camino. No hay ninguna razón para que se vuelva a tomar una dirección equivocada".
El año pasado la estación de Tignes solo abrió durante una semana. Para esta nueva temporada, los profesionales del sector esperan un número récord de visitantes. Y es que tras meses de confinamiento y restricciones, nada más liberador que una buena bajada.