El informe culpa a los agentes de la muerte de 11 de los 14 fallecidos durante aquellas protestas.
La Policía colombiana es responsable de 11 de las 14 muertes de civiles que tuvieron lugar en Bogotá y Soacha durante las protestas ciudadanas de septiembre de 2020.
Así lo remarca un informe de 177 páginas en el que se recuerda cómo los agentes habrían hecho "uso ilícito" de sus armas de fuego, actuando "de forma desproporcionada e ilegal" y desencadenando con ello "una masacre".
Claudia López, alcaldesa de Bogotá, pedía públicamente perdón por lo sucedido en el acto de presentación de dicho informe: "Ofrezco perdón, como ciudadana y como alcaldesa por no haber podido prevenir que una tragedia semejante ocurriera", decía López.
"El objetivo no es ensuciar la imagen de la Policía", remarcaba por su parte la Representante en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Juliette de Rivero. "Al contrario, el objetivo es restaurar la confianza, utilizando la verdad para reformar".
La investigación encabezada por el defensor del pueblo señala también a las autoridades políticas por no haber ordenado expresamente a la policía no hacer uso de sus armas contra los manifestantes. Todo ello en medio "de un contexto social complejo y de alta tensión" en los que el mando político habría brillado por su ausencia.
14 personas murieron y cientas resultaron heridas entre agentes del orden y manifestantes durante las protestas y altercados por la muerte del abogado Javier Ordóñez a manos precisamente de la Policía.