Es el grupo más numeroso de migrantes que había atravesado la frontera entre Bielorrusia y Lituania.
El mayor grupo de migrantes que atravesó la frontera entre Bielorrusia y Lituania en el momento álgido de la crisis ya ha regresado a Bagdad. A todos ellos se les prometió un pago único de mil euros por persona si regresaban a su país. De este modo, 98 iraquíes, según el Ministerio del Interior de Lituania, han regresado voluntariamente.
Agnè Bilotaite, Ministra de Interior de Lituania, señala: "Calculamos cuánto nos cuesta un migrante. El coste básico de mantener a un migrante es de 11 mil euros. Evidentemente, es mucho más rentable para nosotros ofrecer una cantidad para comprar un billete u organizar un vuelo y así tener menos dificultades y problemas."
Desde el comienzo de la crisis migratoria, Vilna ha expulsado a más de 500 inmigrantes llegados de territorio bielorruso. Más de 3.000 personas permanecen en centros de refugiados lituanos.
Tomas Vytautas Raskevičius, presidente de la comisión parlamentaria de derechos humanos de Lituania destaca: "Tenemos que empezar a pensar en qué haremos cuando se acabe la estancia en los centros de refugiados. Hablar de integración, de lo contrario, intentarán llegar a otros países europeos".
Polonia, Letonia y Lituania, al igual que la UE, Estados Unidos y otros países, acusan al gobierno de Alexander Lukashenko de utilizar a los inmigrantes ilegales para resolver problemas políticos. Minsk y Moscú por su parte responsabilizan a Europa de la crisis y del destino de los refugiados.
Según la Cruz Roja bielorrusa, sólo en el centro de acogida temporal "Bruzgi" hay unos 600 extranjeros que esperan a entrar en la UE.