La alianza militar liderada por Rusia comienza la retirada de las tropas de Kazajistán

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, liderada por Rusia, ya ha comenzado la retirada gradual de los 2.000 soldados que se habían desplegado en Kazajistán con motivo de los violentos disturbios que vivió el país la semana pasada. Unos enfrentamientos que estallaron tras las protestas pacíficas por el precio de la energía. El presidente ya señaló que la retirada no durará más de 10 días.
"En poco tiempo ustedes pudieron garantizar la seguridad de los ciudadanos, prestar ayuda para estabilizar la situación y garantizar el buen funcionamiento de los lugares más importantes", ha apuntado el comandante de la misión, Andrey Serdyukov.
Todavía no se han celebrado -al menos ante las cámaras- funerales civiles; pero las protestas han dejado un balance de por lo menos 164 muertos hasta el momento, mil heridos y más de 10.000 detenidos. Mientras en diferentes zonas de Kazajstán -como esta de Almaty, la mayor ciudad y antigua capital del país- tratan de volver a la normalidad con la limpieza de los restos de los recientes enfrentamientos.
El presidente de Kazajistán ha prometido tras su visita a la ciudad reparar los daños en el menor tiempo posible.
Kazajistán no registra mejoras importantes en derechos humanos, según Human Rights Watch
Kazajistán no ha registrado "mejoras importantes" en materia de derechos humanos, pese a sus esfuerzos por impulsar reformas, dijo hoy Human Rights Watch, que afirma que las autoridades reprimieron en 2021 a críticos, restringieron el derecho a la protesta pacífica y suprimieron la libertad de expresión.
En su informe anual publicado hoy, la ONG, que no recoge las violentas protestas de la semana pasada por el aumento del precio del gas licuado que fueron reprimidas por las fuerzas kazajas en una operación "antiterrorista", indica que el Gobierno kazajo "siguió afirmando que está llevando a cabo reformas en materia de derechos humanos, a pesar de la ausencia de mejoras importantes (...)".
"Las autoridades reprimieron a los críticos del Gobierno utilizando cargos demasiado amplios de "extremismo", restringieron el derecho a la protesta pacífica, suprimieron la libertad de expresión y no abordaron la impunidad de la violencia doméstica y la tortura", resume HRW en el apartado dedicado a Kazajistán.
Según HRW, en la mayor república centroasiática el poder "continuó interfiriendo y restringiendo rutinariamente el derecho a la reunión pacífica al detener, multar o sentenciar a penas privativas de libertad cortas" a personas que trataron de ejercer este derecho.
La Policía también recurrió cada vez más a la práctica de "encerrar" a los manifestantes al detener de facto a grupos en la calle hasta por 10 horas, señala la ONG.
En raras ocasiones, añade, las autoridades sí dieron permiso para protestas.
En el país también los periodistas "continúan enfrentando hostigamientos, arrestos, ataques físicos y enjuiciamientos por realizar su trabajo", indica HRW.