"No puedes quedarte en casa sin hacer nada. En dos días reunimos donaciones y en dos días teníamos 15.000 euros de mucha gente conocida. Lo llevamos a la frontera y pensamos que, ya que vinimos con la furgoneta, tenemos que volver con gente que necesita ayuda".
PUBLICIDADMuchos pequeños hoteles de la Polonia rural han abierto sus puertas para alojar a los refugiados lejos de toda la actividad de los principales centros de acogida. El histórico hotel Hetman de en la ciudad de Jaroslaw, al sureste del país, ha colocado incluso catres en los pasillos.
Aquí es donde Natasha ha encontrado refugio por una noche. Viene de Kiev. Dejó a su marido en Ucrania para luchar y vino con su hijo. "Vine en tren durante un día y otras siete horas y estábamos en la frontera", explica.
"Muchos residentes han ayudado con todo tipo de productos, de higiene personal, de limpieza y pañales. Hemos estado en varios hoteles y es lo mismo en todos", relata **Monica Pinna, enviada especial de Euronews a Polonia. **
Un hilo de solidaridad recorre las redes sociales en toda Europa. Johann respondió a esa llamada y condujo desde Berlín, Alemania, para ayudar.
"No puedes quedarte en casa sin hacer nada. En dos días reunimos donaciones y en dos días teníamos 15.000 euros de mucha gente conocida. Lo llevamos a la frontera y pensamos que, ya que vinimos con la furgoneta, tenemos que volver con gente que necesita ayuda", declara Johann Voll, voluntario alemán.
Natasha parte hacia un nuevo futuro lejos de la guerra, con la esperanza de volver pronto a su país.
"Es horrible lo que está ocurriendo allí. Están matando a niños y mujeres. No es cierto lo que dicen los canales rusos. No hay fascistas ni nazis en Ucrania. Amamos a nuestra Ucrania y la defenderemos. Nuestros maridos están allí para defender a Ucrania", dice Natasha.
Los ciudadanos de Polonia y otros países europeos están construyendo un frente común de solidaridad. Los individuos están marcando la diferencia allí donde las instituciones luchan por salir adelante.