El presidente del Consejo Europeo se vio en Chisináu con la presidenta Maia Sandu. Los ataques en la región separatista prorrusa de Transnistria, en el fondo de la cuestión.
Moldavia no está sola frente a Rusia en la crisis de Transnitria. Así al menos quiso aclararlo este miércoles la Unión Europea con la visita a Chisináu del presidente del Consejo Europeo Charles Michel.
Michel se vio las caras con la presidenta Maia Sandu, a la que quiso dejar clara la postura de los 27 ante el actual escenario:
"La Unión Europea es plenamente solidaria con ustedes, con Moldavia", recordaba Michel. "Es nuestro deber europeo ayudar y apoyar a su país y aumentar nuestro apoyo a su estabilidad, seguridad, integridad territorial y soberanía. Este año tenemos previsto aumentar significativamente nuestro apoyo a Moldavia proporcionando a sus fuerzas armadas equipo militar adicional".
La presidenta y proeuropea Sandu afirmó por su parte no ver actualmente riesgos de una invasión rusa, si bien dejó claro que su país se encuentra "preparado para cualquier opción". Sandu reconoció igualmente que lo sucedido en Transnitria a lo largo de los últimos días es "preocupante", aunque insistió en que "de momento", no existe "riesgo inminente" para su país.
La delicada posición de Transnistria
En efecto, la región separatista prorrusa de Transnistria está en el fondo de la cuestión. Y es que a lo largo de los últimos días varias explosiones y tiroteos en esta importante (geoestratégicamente hablando), región fronteriza con Ucrania, llevaron a Kiev a Moscú a acusarse mutuamente de lo sucedido.
Por un lado, los separatistas prorrusos tacharon estos ataques de "actos terroristas" perpetrados por Ucrania, mientras que desde este país no dudan de que se trata de una operación de "falsa bandera" ideada por Rusia.
Transnistria, territorio de apenas medio millón de habitantes, en su mayoría eslavos, rompió lazos con Moldavia tras un conflicto armado entre 1992 y 1993 en el que contó con la ayuda de Rusia.