Costa Rica, Panamá, Ecuador y Colombia crean la autopista Nemo, una ruta acuática de miles de kilómetros que protegerá la migración de la fauna marina del Pacífico.
Proteger el corazón del Pacífico es el objetivo con el que nace la "autopista" Nemo. Un proyecto que se desarrolla fruto del acuerdo entre Costa Rica, Panamá, Ecuador y Colombia. Pretende preservar los corredores de migración de los peces ya que estos a menudo se ven afectados por la pesca intensiva.
Erick Ross Salazar, director ejecutivo de la ONG MigraMar, apunta: "Cuando los animales se alejan de sus zonas protegidas, vuelven a ser vulnerables a la pesca intensiva y a las actividades humanas. Entonces nos preguntamos ¿Por qué no regulamos y por qué no protegemos estas autopistas submarinas que conectan distintas zonas clave?"
Los científicos han podido comprobar con cámaras que las rutas existen. Así migran por ejemplo los tiburones martillo que se encuentran en extinción. Con la "autopista" Nemo tendrán una nueva oportunidad de vida.
Mario Espinoza, profesor de biología de la Universidad de Costa Rica, señala: "Si logramos proteger estos hábitats específicos o corredores que los animales utilizan durante sus migraciones, podremos finalmente darles una oportunidad, un cambio para que puedan respirar, una oportunidad para recuperarse".
La "autopista" recorrerá miles de kilómetros en los que sólo se permitirá la pesca local de peces no amenazados.