La producción láctea ha bajado por el estrés de los animales y cosechas como la de la aceituna están amenazadas con pérdidas del 75% de la producción este año
El calor sofocante se instala de nuevo en Europa. En la capital francesa la orilla del río Sena se ha convertido en el mejor refugio para soportar esta nueva ola de calor, la segunda del verano en Francia.
Esta vez viene acompañada de una sequía preocupante. Las autoridades han pedido que se modere el consumo de agua.
Las consecuencias de la escasez de lluvias son visibles en el río Garona, que se puede atravesar a pie a su paso por Toulouse. "El río ha retrocedido entre 50 y 70 metros, incluso 100 metros en algunos lugares. Esa es la naturaleza del nivel del agua. El río ha retrocedido y ha dejado paso a la marga que se ve hoy", lamenta Mickaël Nguyen, presidente de la asociación de pescadores de Toulouse.
Cortes de agua en España
En España, con los pantanos al 40% de su capacidad, también ha habido que restringir el consumo de agua en varios municipios con cortes de suministro nocturnos. Se han cerrado los grifos en playas y para el riego de jardines o el lavado de coches.
Con unas peligrosas temperaturas que han disparado la mortalidad este verano, ayuntamientos como el de Barcelona han habilitado centros cívicos en los que refugiarse. "Es perfecto para personas mayores como yo que venimos todos los días. Porque en la calle es un horno", cuenta una residente.
Ganaderos y agricultores ya están sufriendo las consecuencias del calor extremo. La producción láctea ha bajado por el estrés de los animales y cosechas como la de la aceituna están amenazadas con pérdidas del 75% de la producción este año.