Noruega sacrifica a la morsa Freya, famosa por hundir barcos debido a sus largas siestas en Oslo. Argumenta que lo hace para garantizar la seguridad de los humanos.
Noruega sacrifica a la morsa Freya. Una celebridad de la fauna mundial que atraía a turistas y curiosos en Oslo.
Las autoridades han decidido que duerma eternamente porque estos últimos desobedecían la norma de no molestarla y aunque no fuese un peligro esta podría atacar si se sintiese amenazada.
La joven morsa de 600 kilos se popularizó por su capacidad para hundir embarcaciones gracias a su peso.