Escrutados el 99,7 % de los distritos electorales, la oposición de derechas ganó las elecciones por tres escaños, 176 a 173
Giro a la derecha en Suecia. Con casi todos los distritos electorales escrutados, la oposición conservadora ha obtenido una estrecha victoria de 176 escaños frente a los 173 del bloque de centro-izquierda.
La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, ha reconocido su derrota y da un paso a un lado.
"Los cuatro partidos de derechas parecen tener apenas el 50% de los votos en las elecciones y han tenido una ventaja de uno o dos escaños. Es una mayoría estrecha, pero es una mayoría, así que mañana presentaré mi dimisión como primera ministra y la responsabilidad de continuar el proceso la asumirán el presidente del Parlamento y el Parlamento", ha dicho en una rueda de prensa Magdalena Andersson.
Los socialdemócratas fueron sin embargo la fuerza más votada, con un 30,4%, dos puntos más que hace cuatro años.
El segundo puesto fue para los Demócratas de Suecia, de extrema derecha, con un 20,6%, ligeramente por delante del conservador Partido Moderado. Según la prensa local, su líder Jimmi Akesson tiene pocas posibilidades de convertirse en el futuro Primer Ministro, ya que no cuenta con el apoyo de los conservadores moderados.
Una legislatura "dura"
Como en anteriores elecciones, se avecinan semanas de arduas negociaciones para formar un nuevo Ejecutivo en un país con una larga tradición de gobiernos democráticos.
Andersson vaticinó que será una legislatura "dura" y "complicada" por la escasa diferencia y se mostró preocupada por el ascenso del SD.
"Eso intranquiliza a muchos suecos. Veo esa intranquilidad y la comparto", afirmó la primera ministra, que instó a combatir el odio y la intolerancia y llamó a las otras tres fuerzas de la derecha a ponerle "límites" al SD.
La líder socialdemócrata resaltó asimismo que su partido obtuvo un resultado electoral "sólido" y que es "con claridad" el más grande de Suecia.
Los medios suecos rumorean con la posibilidad de que conservadores y democristianos formen un ejecutivo de minoría, encabezado por Kristersson y apoyado desde fuera por las otras fuerzas del bloque. Sin embargo, el SD ha reclamado un papel "central" y ambiciona "formar parte del gobierno", según dijo la noche electoral su líder, Jimmie Åkesson.