Sin embargo, entre los ciudadanos -y también entre los refugiados ucranianos- hay sentimientos encontrados. Algunos dan la bienvenida a sus vecinos pero otros consideran que deben quedarse en Rusia.
El paso fronterizo entre Georgia y Rusia sigue recibiendo cientos de ciudadanos rusos que intentan escapar de los planes de su Gobierno. La movilización militar para luchar en Ucrania.
Sin embargo, entre los georgianos -y también entre los refugiados ucranianos- hay sentimientos encontrados. Algunos dan la bienvenida a sus vecinos pero otros consideran que deben quedarse en Rusia.
"Georgia está ocupada por Rusia, igual que parte de Ucrania sigue ocupada por Rusia, por eso no son bienvenidos aquí como amigos o hermanos. Si quieren cambiar algo en su país, si no están de acuerdo, y si están en contra de la guerra y la movilización, deben abordar estos problemas en casa", defiende Mikhail Ulianin, un activista ucraniano que se encuentra refugiado en Georgia desde que comenzó la guerra.
En Finlandia, la imagen se repite: kilométricas colas para cruzar la frontera. Durante el fin de semana entraron en el país más rusos que en ningún otro momento en lo que va de año.
Más de 12 000 el sábado y casi 14 000 el domingo, según cifras oficiales.
"Aquí en Vaalimaa el tráfico ha aumentado desde el pasado miércoles, cuando Rusia anunció la movilización parcial en el país. Actualmente tenemos un aumento del 40 % en el tráfico", dtella Jesse Pirttinen, teniente de la Guardia Fronteriza del punto de control finlandés de Vaalima.
En Kazajistán, el Gobierno se ha mostrado solidario con los rusos. Asegura que no devolverá a ningún ciudadano que huya del alistamiento, a menos que Rusia pida la extradición de forma oficial.
Estos llegan al centro administrativo de la ciudad kazaja más cercana y tratan de encontrar un alojamiento temporal sin tener claro qué hacer o a dónde ir después.
Hasta este martes se registraron 98 000 rusos que habían entrado en territorio kazajo desde el anuncio de la movilización militar de Vládimir Putin.