La iniciativa de Moscú ha tenido una rápida respuesta en Kíev en donde el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido la entrada de su país en la Alianza Atlántica.
No ha dado su brazo a torcer el presidente ruso, Vladímir Putin, quien escenificaba este viernes en Moscú, la anexión ilegal de cuatro territorios ucranianos ocupados, en una misión que ha calificado de "libertadora".
Con toda la solemnidad de la sala San Jorge del Palacio del Kremlin, Putin ha formalizado la anexión a la Federación Rusa de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, y de las regiones de Jersón y Zaporiyia.
"Instamos al régimen de Kíev a un alto el fuego inmediato, a poner fin a las acciones militares y a acabar con la guerra que iniciaron en 2014, y a reanudar las negociaciones. Estamos preparados para ello, lo hemos dicho muchas veces. Sin embargo, la elección que los ciudadanos de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia, y Jersón han hecho no está en discusión. La elección está hecha. Y Rusia no los traicionará", ha destacado Putin.
La iniciativa de Moscú ha tenido una rápida respuesta en Kíev en donde el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido la entrada de su país en la Alianza Atlántica.
"Nosotros somos aliados de facto, eso ya lo hemos logrado. Hoy Ucrania pide la adhesión de pleno derecho. Sabemos que es posible. Hemos visto como Finlandia y Suecia ha seguido ese camino sin un plan previo para convertirse en miembros de la Alianza, eso es justo, y será justo para Ucrania también", ha señalado Zelenski.
Los países occidentales han condenado la maniobra de Putin, una anexión "ilegal" tras unos referéndums "fraudulentos", con la que el presidente ruso intenta conciliar a los suyos, huir hacia adelante en el terreno de los hechos consumados, para minimizar la derrotas sufridas por sus tropas en el campo de batalla.