Entre los posibles candidatos hay viejos conocidos como Boris Johnson. Los laboristas piden la convocatoria de elecciones generales.
Nuevo terremoto político en el Reino Unido. Tan solo 44 días después de ocupar su cargo como primera ministra del país, Liz Truss anunciaba este jueves su dimisión como líder de los conservadores y, por extensión, como máxima mandataria del país. Sus controvertidas políticas económicas y el escaso apoyo dentro de su partido han terminado siendo insalvables.
"Dada la situación, no puedo cumplir el mandato por el que fui elegida por el Partido Conservador. Por lo tanto, he hablado con su majestad el rey para notificarle que dimito como líder del Partido Conservador", informaba Truss frente a un 10 de Downing Street que abandonará en cuestión de días.
Desde el Partido Conservador, aún al mando del país, trabajan ya para una nueva sucesión. El proceso de elección, prometen, será breve, ya que ahora mismo en Reino Unido no hay tiempo que perder.
"Será posible llevar a cabo una votación y concluir una elección de liderazgo para el viernes 28 de octubre", informaba Graham Brady, presidente del comité que agrupa a los diputados 'tories'. "Así que deberíamos tener un nuevo líder para antes de la declaración fiscal, que tendrá lugar el 31".
¿Sustituto o elecciones?
Entre los posibles candidatos hay viejos conocidos como Boris Johnson, hasta hace no mucho el inquilino de Downing Street. Para los laboristas, la decisión sobre el próximo primer ministro de los británicos no debería estar en manos de los conservadores, sino de los propios británicos.
"No podemos tener otro experimento en la cúpula del partido tory", sostiene Keir Starmer, líder del Partido Laborista. "Hay una alternativa y es un Gobierno laborista estable. Y los ciudadanos tienen derecho a opinar. Por eso debe haber elecciones generales".
Si algo ha caracterizado el breve reinado de Truss ha sido la agitación. Su idea económica para el país espantó a los mercados y provocó la caída del ministro de Economía, Kwasi Kwarteng. No mucho después y por si esto no fuera suficiente, dimitía su ministra de Interior, Suella Braverman. Demasiada inestablidad dentro de un Gobierno que vuelve a la casilla de salida.