El presidente de Francia y el canciller de Alemania se han reunido en el Elíseo tras varios desencuentros en diferentes políticas tanto internas como externas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, se han reunido este martes en el Elíseo intentaron cerrar los crecientes desacuerdos bilaterales en materias clave, como por ejemplo, Defensa o Energía, después de que la cita programada como cumbre se convirtiese en reunión y se pospusiese. Según la versión oficial el cambio se debió a problemas de agenda de varios ministros.
Según el catedrático de Derecho comunitario de la Universidad Jean Monnet: "Ahora, de repente, vemos que las acciones del nuevo canciller en Alemania, Olaf Scholz, están generando la más profunda división dentro de la Unión. Y esto está creando claramente tensiones con su aliado histórico, Francia, que realmente ve la falta de voluntad alemana de colaborar más compartiendo y coordinando en una variedad de campos políticos, tanto internamente cuando se piensa acerca de como usar la energía de otra manera, como externamente en la respuesta en Ucrania y ahora también la relación con China".
El portavoz del gobierno francés ha dicho que la amistad franco-alemana "está muy viva", pero existen divergencias como por ejemplo la de que Francia quiere aplicar en toda la UE la llamada "excepción ibérica" para poder bajar el precio de la electricidad. Algo que Alemania no quiere. O la de que Scholz apoyara firmente el proyecto de Midcat con el que Francia no estaba de acuerdo y que fue sustituido por otro proyecto.