Es la consagración definitiva para Lionel Messi, a quien solo le faltaba ganar la Copa Mundial de la FIFA para completar una espectacular carrera.
Tras más de dos horas de emociones a flor de piel, en un partido de infarto, los hinchas argentinos tocaban el cielo. En Pinamar, en el litoral sur de Buenos Aires, como en todo el país, la afición albiceleste celebraba a lo grande un anhelado tercer Mundial de Fútbol.
"Estábamos todos nerviosos. Estábamos esperando esta... La que le faltaba", dice una joven.
"No lo pude ver en el año 86, cuando fuimos campeones del mundo, no lo pude ver... porque trabajaba, era muy chico y trabajaba... muy pobre. Vivía en el campo, tenía 10 años y no pude vivirlo. Pero hoy, les muestro a mis hijos la felicidad que tengo y ¡cómo se me sale el corazón del pecho!", señala un aficionado.
"Representa al pueblo argentino, la garra, la fuerza, el valor, el coraje y ponerlo todo", afirma una aficionada.
"Para mí, Messi es mi ídolo. Imagínate con la misma edad vivir todo lo de Messi, para mí ya se ha consagrado... Yo estaba esperando ahora... Vos sabes, se me caen las lágrimas por esto...", asegura un seguidor argentino.
"La comparación con Maradona es inevitable, pero realmente Messi, con su frialdad, de fondo tiene mucho corazón, muchas ganas de ganar y, bueno, eso se disfrutó con él también", declara un joven.
"36 años que Argentina, uno de los países más grandes del fútbol, que ha pasado por muchas dificultades, esperaba este momento. El epílogo es digno de película. Lionel Messi ofrece un tercer título a la albiceleste en su probable última selección y graba su nombre, junto al de Diego Maradonna, en el olimpo del fútbol y en el corazón de millones de argentinos", explica Cyril Fourneris, enviado especial de Euronews a Argentina.