Después de medio siglo reparando muñecas, coches y peluches, su propietario y único médico, Antonio Martínez Rivas, no ha encontrado sucesor.
Después de medio siglo reparando muñecas, coches y peluches, el único hospital de juguetes de Madrid cierra este año.
Su propietario y único médico no ha encontrado sucesor. Antonio Martínez Rivas reconoce que son los juguetes los que tiran de él y que una vez que se empieza es difícil parar
Su padre abrió una pequeña tienda de juguetes hechos a mano en 1945. LLegan a su taller casos difíciles, casi terminales, pero no hay nada que no pueda salvarse con tiempo, paciencia y habilidad
De 70 años, el doctor de juguetes dice que ahora toca que le reparen a él. Son muchos los clientes que le dicen que hablan con sus muñecos sin tener que escuchar respuestas rituales de una Alexa cualquiera.
Es la última Navidad de este asombroso y a ratos inquietante almacén de muñecas osos y perros de peluche, juegos de mesa o caballitos de madera que ahora entran en un interminable turno de espera.
Antonio reconoce que le cerrar no le resulta fácil. Vende lo que queda. Clientes de España, Francia, Gran Bretaña, Portugal o Uruguay que han llevado sus recuerdos e ilusiones a este hospital ya no tendrán respuesta a partir de este 31 de diciembre.