Al aire libre, escondidos en túneles, encaramados en las copas de los árboles... Entre 15.000 y 35.000 activistas medioambientales protestaron en Lützerath la semana pasada. La policía empezó a desalojarlos el miércoles y terminó, supuestamente, el domingo
Los últimos activistas de Lützerath, el pueblo desalojado y ocupado por ecologistas para impedir que se derrumbe para ampliar una mina de lignito, fueron desalojados en la madrugada del lunes, después de que la policía diera por finalizada la operación.
"Seguimos luchando porque, por desgracia, en Alemania se sigue explotando el carbón, el lignito. El agujero es cada vez más grande. Y aunque ya no hay vida en Luzterath, las máquinas seguirán destruyéndola. Así que queremos dejar huella y decir que continuamos la lucha, sí", explicaba una activista colgada bajo el puente de una autopista.
Al aire libre, escondidos en túneles, encaramados en las copas de los árboles... Entre 15.000 y 35.000 activistas medioambientales protestaron en Lutzerath, en Renania del Norte-Westfalia. El pueblo se encuetra cerca de la mina a cielo abierto de Garzweiler II.
La Policía alemana había dado ya por finalizado el grueso del operativo ayer domingo, aunque advirtió de que seguían las tareas de "rescate" de esas dos últimas personas que estaban atrincheradas bajo tierra.