Alexandr Lukashenko busca en Zimbabue un aliado frente a las sanciones de occidente

Unidos por sus enemigos comunes. El Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, viajó el lunes a Harare para entrevistarse con su homólogo zimbabuense, Emmerson Mnangagwa, en un intento de ambos líderes de diversificar sus lazos diplomáticos.
Tienen en común que ambos países se enfrentan a sanciones occidentales: Zimbabue por cuestiones de derechos humanos y Bielorrusia por su apoyo a la invasión rusa de Ucrania.
Presidente del partido gobernante ZANU-PF para la provincia de Harare, Godwills Masimirembwa, espetó que "Occidente sigue empeñado en castigar a sus dos países, pero no lo conseguirá porque las estrategias de desarrollo de ambos consisten en garantizar que sean autosuficientes".
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Zimbabue, los dos líderes esperan estrechar lazos en los sectores de la minería, la agricultura y la política.
Algunos analistas añaden que Bielorrusia podría intentar exportar también a Zimbabue sus equipos y conocimientos militares.
Es el segundo encuentro de Lukashenko y Mnangagwa tras la visita de este último a Minsk en 2019.
Lukashenko es un estrecho aliado del Presidente ruso Vladimir Putin y ha respaldado la invasión de Ucrania por Moscú.
En el poder desde hace casi 30 años, Lukashenko ha supervisado una brutal represión de las protestas tras las elecciones presidenciales de 2020 bajo denuncias de fraude.
Mnangagwa llegó al poder en 2017 después de que los generales forzaran la dimisión de Robert Mugabe.
Este año se presenta a la reelección entre acusaciones de corrupción y violaciones de derechos, incluida la represión de opositores políticos.
En 2021, el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), un consorcio de periodistas de investigación, desveló los vínculos entre la familia de Lukashenko y una empresa de extracción de oro en Zimbabue.