Los vecinos de La Sagrada Familia de Barcelona en peligro de ser desalojados de sus casas

Una larga cola de turistas serpentea alrededor de la iglesia de la Sagrada Familia, obra maestra de Antoni Gaudí que, sin saberlo, se ha convertido en sinónimo de monumento inacabado. Los planes para construir una enorme escalinata que conduzca a la entrada principal del templo implicarían la demolición de tres manzanas de la ciudad , obligando a marcharse a unas mil familias y negocios vecinos. Se demolerían edificios en la calle Mallorca, que ya se encuentran peligrosamente cerca. La fundación que controla la Sagrada Familia parece dispuesta a seguir adelante a pesar de la oposición de las asociaciones de vecinos. La decisión final corresponde al Ayuntamiento de Barcelona. Escalera al infierno Salvador Barroso, abogado y representante de la Asociación de Afectados por la Sagrada Familia ha emprendido acciones legales para detener el proyecto de la escalera. Barroso afirma que nunca estuvo en los planos originales de Gaudí y que fue ideada por discípulos del arquitecto tras su prematura muerte en 1926, atropellado por un tranvía. Los planos originales fueron destruidos por los anarquistas al estallar la guerra civil española. "Esto no fue obra de Gaudí, pero va a afectar a la vida de unas tres mil personas que viven cerca. A gente como yo, que ha vivido en las proximidades durante más de treinta años", decía Barroso a Euronews Culture. "Esto es una espada, pero nadie sabe dónde va a caer. En caso de expropiación, el único que puede tomar la decisión es el ayuntamiento . Debe hacerlo rápidamente y no mirar hacia otro lado". El Ayuntamiento de Barcelona ha evitado hasta ahora tomar una decisión y, con las inminintes elecciones municipales del próximo 28 de mayo, puede mostrarse reacio a aceptar un plan que implica la demolición de decenas de viviendas. Ada Colau, alcaldesa del partido izquierdista Barcelona en Comú, hizo campaña para impedir que se desalojara a la gente de sus casas antes de acceder a su cargo público. Ahora es consciente de que desahuciar a potenciales votantes no daría buena imagen . "Estamos trabajando con representantes de la Sagrada Familia, vecinos y otras organizaciones para encontrar la mejor solución para terminar las obras y atender las necesidades de la ciudad", declaró a Euronews un portavoz del ayuntamiento. " Barcelona quiere "garantizar el derecho a la vivienda y minimizar el número de afectados". El ayuntamiento asegura que quiere mejorar las instalaciones para las personas que viven en el entorno más cercano y reducir el impacto negativo del turismo de masas : "Queremos encontrar la mejor solución posible a una situación compleja en la que hay intereses legítimos, pero evidentemente contrapuestos". La inscripción en la lista del patrimonio mundial de la Unesco sólo cubre la parte de la basílica terminada en vida del arquitecto. "Estamos comprometidos a completar el proyecto de Gaudí en su totalidad. Por esta razón creamos un foro de diálogo en febrero de 2020 con el ayuntamiento, los vecinos y otras partes interesadas de la ciudad para encontrar la mejor solución", comentó una portavoz de la fundación a Euronews Culture en un comunicado. Millones de visitantes En el interior, la luz irrumpe a través de vidrieras azules y rojas cuando los visitantes levantan la mirada para contemplar las figuras esculpidas en las torres. La última fecha de finalización, 2026, parece ahora incierta tras los retrasos causados por la pandemia. El año pasado, 3,7 millones de turistas de todo el mundo visitaron el templo, un 80% más que antes de la pandemia. Los estadounidenses constituyen el grupo más numeroso por nacionalidad extranjera (13,8%), seguidos de los franceses (11,2%) y los italianos (9,4%). Los españoles forman el grupo más numeroso, con un 17,5% del total. En 2022, los ingresos de la fundación ascendieron a 100,7 millones de euros, de los cuales 53,9 se destinaron a las obras en curso. El resto del dinero se ahorra o se destina a futuras obras o proyectos locales. Libre de impuestos En virtud de un acuerdo firmado entre el Gobierno español y el Vaticano en 1979, la fundación no tiene que publicar cuentas ni pagar impuestos. Solo debe declarar los ingresos de la tienda de regalos , mientras que los ingresos de los visitantes se consideran donaciones.

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