El presidente surcoreano subió a bordo del USS Kentucky, un submarino estadounidense con capacidad para lanzar misiles balísticos nucleares.
Toda una declaración de intenciones contra el vecino del norte. En medio de la polémica que ha suscitado la llegada a Corea del Sur del USS Kentucky, un submarino estadounidense con capacidad para lanzar misiles balísticos nucleares, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, subió a bordo del sumergible y reiteró su compromiso de seguridad estratégica con Estados Unidos.
"Corea del Sur y EE.UU. mostrarán una respuesta contundente a las crecientes amenazas nucleares de Corea del Norte a través del Grupo Consultivo Nuclear (NCG) y mediante el despliegue regular de medios estratégicos como los SSBN (misiles balísticos) y los SSBN (submarinos lanzamisiles balísticos)", señaló el mandatario surcoreano.
Yoon también reiteró que si Pionyang cruza determinadas líneas, la respuesta combinada con sus aliados "conducirá al fin del régimen".
El submarino estadounidense llegó a Corea del Sur tras producirse repetidas pruebas de misiles del régimen norcoreano, que sólo cuenta con China y, en menor medida, Rusia como socios en la región.
China expresó preocupación por el aparente interés en una escalada de la tensión regional que pudiera socavar la desnuclearización de la península coreana.