En ciudades asoladas por los incendios forestales, se han creado refugios para los animales afectados por las evacuaciones. Propietarios y mascotas comparten un espacio especialmente adaptado a sus necesidades.
Junto a la trágica pérdida de vidas humanas en los incendios que asolan el sur de Europa, hay otro número de víctimas mucho mayor, pero del que apenas se hacen eco los medios de comunicación: la muerte de animales salvajes y domésticos atrapados por las llamas. El número es muy difícil de determinar, pero nadie duda de que los daños causados por los incendios a la fauna y la flora son inmensos.
Un grupo de mascotas en una calle del barrio de Ano Liosia, al noroeste de Atenas, fue rescatado por voluntarios. Hay perros, gatos e incluso tortugas. Muchos se quedaron atrás mientras sus dueños eran evacuados o huían a toda prisa de las llamas. La mayoría estarían muertos sin la intervención humana.
En algunos lugares, como Tenerife, se han creado refugios para los animales afectados por las evacuaciones. Propietarios y mascotas comparten un espacio especialmente adaptado a sus necesidades.
Pero para un perro, estar todo el día atado puede ser agotador. Los voluntarios lo saben y ayudan como pueden.
"Cuando los dueños de los perros necesitan salir, tomar el aire, y no están aquí, paseamos a los perros y desconectan de estar aquí encerrados las 24 horas del día", dice Andrés Hernández, uno de los voluntarios del refugio.
Dentro de la desgracia, estas mascotas han tenido suerte. Los incendios forestales se cobran la vida de millones de animales en todo el mundo, muchos de ellos de especies en peligro de extinción.