"El OIEA está bajo autoridad rusa, opera en una central nuclear y necesita autorización. Si fueran críticos, lo más probable es que fueran expulsados. Así que la pregunta es: ¿quién controla a quién?". Jan Vande Putte, Greenpeace
Zaporiyia es la mayor central nuclear de Europa y desde el primer día de la invasión rusa de Ucrania fue señalada como punto estratégico. Rusia no tardó en hacerse con el control de la central de forma prioritaria y necesitó poco más de una semana para hacerse con las instalaciones.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica sigue siendo responsable de garantizar que se respetan los procedimientos de seguridad y que la planta no se utiliza con fines militares. El organismo de la ONU ya ha realizado varias inspecciones de la central nuclear sin encontrar ningún motivo de preocupación, pero su independencia ha sido puesta ahora en entredicho por Greenpeace.
En declaraciones a euronews, Jan Vande Putte recuerda que el OIEA necesita autorización del Kremlin para acceder a Zaporiyia y que se arriesga a ser expulsado si adopta una postura crítica.
El ecologista alaba la presencia de inspectores in situ, pero subraya que sólo hay cuatro personas vigilando la mayor central nuclear de Europa, por lo que es imposible llevar a cabo una inspección en condiciones. Subraya que los propios informes del OIEA son utilizados por la propaganda rusa, lo que hace que estas inspecciones sean políticamente contraproducentes.
A los inspectores se les ha negado el acceso a varias partes de la central. La administración de Zaporiyia explicó los motivos a euronews: "Estamos en contacto permanente con los expertos del OIEA e intentamos responder rápidamente a sus peticiones. Si lo solicitan, les ofrecemos la posibilidad de visitar determinadas instalaciones de la central. Los expertos visitan regularmente las instalaciones de la central nuclear de Zaporiyia y tienen la oportunidad de inspeccionar los principales equipos, incluidos los edificios de control de los reactores de las centrales, la sala de control de emergencia, las salas donde se encuentran los armarios eléctricos de los sistemas de seguridad, las salas de máquinas, etc.".
Las acusaciones de Greenpeace siguen a un informe de McKenzie International que advertía de actividad militar en la central nuclear.
Stuart Ray, analista de la organización, afirma que se han reunido pruebas de que la artillería rusa utilizó la central nuclear como escudo y que se almacenaron equipos de artillería pesada en zonas residenciales de los alrededores de la central y se transportaron para llevar a cabo ataques.
A pesar de las limitaciones de las inspecciones del OIEA, Olli Heinonen, antiguo inspector del OIEA, recuerda las ventajas de tener a alguien in situ: "Son tanto observadores como personas que pueden transmitir sus conclusiones al exterior en tiempo real. Pueden entrevistar a la gente, hablar con la dirección, ir a distintos lugares. Sí, tienen algunas restricciones en sus movimientos. No pueden estar en todas partes. Pero es diez veces mejor que unas imágenes por satélite que no ven lo que pasa bajo el tejado".