Crece la indignación por el indulto concedido por la ya expresidenta húngara Katalin Novák al subdirector de un albergue para niños condenado por haber sido cómplice encubridor de abusos sexuales a menores.
El veterano primer ministro conservador que ondea como marca de partido la bandera de su compromiso con la familia y los valores cristianos, no consigue desactivar el escándalo que derribó a dos de sus principales aliados políticos, el exministro de Justicia, y la ya expresidenta Katalin Novak, quien dimitió el sábado sin haber dado explicaciones del motivo del indulto que concedió con motivo de la visita del Papa a Hungría en abril pasado.
Un escándalo que va a más
El viernes aumentó la presión sobre la jefa del Estado de Hungría para que dimitiera después de que se revelara que había concedido un indulto presidencial a un condenado como cómplice en un caso de abuso sexual infantil. El indultado fue condenado a más de tres años de prisión en 2018 por ayudar a encubrir los abusos sexuales cometidos por el director de un albergue de menores solos, quien a su vez fue condenado a ocho años por abusar de al menos diez niños entre 2004 y 2016.
Novak, quien otorgó el indulto junto con unas dos docenas de personas con motivo de la visita del Papa Francisco a Hungría en abril de 2023, negó haber actuado de manera inapropiada y rechazó dar una explicación formal de su decisión. Todos los partidos de la oposición húngara pidieron la dimisión de Novak. Coalición Democrática, el mayor de los partidos, ha iniciado un procedimiento ético contra ella en el parlamento.