El pensionista ruso Vladímir Ovchinnikov, de 85 años, desafía al Kremlin pintando murales callejeros contra la guerra en la pequeña ciudad de Borovsk. Pese a las multas que ha recibido, asegura que no tiene miedo y que está "haciendo lo correcto".
Vladímir Ovchinnikov, un artista y pensionista ruso, lleva décadas pintando murales callejeros en la pequeña ciudad de Borovsk, 115 kilómetros al suroeste de Moscú. Criticó la represión de la era estalinista y, en los últimos años, al presidente Putin. Tras la agresión rusa de Ucrania, sus obras denuncian ahora la guerra.
Ovchinnikov parece jugar al gato y al ratón con la Policía, que borra los mensajes contra la guerra que el hombre, de 85 años, deja en las paredes. Ha sido multado en varias ocasiones acusado de desacreditar al Ejército ruso, pero esto no le quita las ganas de seguir pintando en las calles de Borovsk.
Ovchinnikov dice que, a su edad, sería "un poco embarazoso tener miedo de cualquier cosa si estás seguro de estar haciendo lo correcto".