En Septeuil, los gendarmes investigan el robo de madera desde hace más de un año. Los propios ladrones cortaron los troncos en los bosques circundantes.
No es algo excepcional ni de un solo grupo de personas. Los gendarmes de Yvelines, en la región de Isla de Francia, persiguen a los saqueadores, responsables de desastres ecológicos. Se trata de talas masivas de árboles sin ningún tipo de autorización ni permiso. Cortan los árboles los cargan en camiones y desaparecen.
¿Pero cómo es posible rentabilizar la actividad? Para ello los ladrones de árboles deben tener un canal de comercialización bien engrasado y sobre todo rápido, para evitar la permanencia de la madera en almacenes fácilmente localizables.
"Esto era un bosque"
El comandante de Compañía Departamental de la Gendarmería, Gabriel Ducrest, explica la magnitud de la madera robada: "Esto era originalmente un bosque y ahora sólo quedan una docena de árboles en pie". (...)Se trata de unas pérdidas de varios cientos de miles de euros en una decena de terrenos víctimas de esta tala abusiva de árboles".
¿Empresas madereras legales?
Los gendarmes sospechan que una empresa maderera local fue en principio contratada por los procedimientos habituales para talar árboles. Sin embargo una de las hipótesis es que pide permiso para cortar un determinado número de árboles y corta mucho más tanto en cantidad como en el lugar donde lo hace, extendiéndose mucho más de lo previsto, yendo más allá de la zona autorizada.
Una de las líneas de investigación es que la madera robada se vende a China que posteriormente la convierte en suelo de parquet. El principal obstáculo a esta tesis es que en China no hay escasez de madera. En todo caso y el hecho cierto es que donde había un bosque en la región parisina ahora solo quedan restos de árboles talados.
Mafia de la madera en Rumanía
No es un problema únicamente francés. En 2020, la Comisión Europea advirtió a Rumania que pusiera fin a la explotación ilegal de los bosques bajo la amenaza de sanciones financieras. En los Cárpatos, en el norte de Rumania, se encuentra uno de los últimos bosques vírgenes de Europa. También es el corazón de lo que se conoce aquí como la mafia de la madera.