Tras dos días de negociaciones en Suiza, EE.UU. asegura que ha habido "gran progreso" en la disputa comercial con China.
Después de que funcionarios estadounidenses y chinos concluyeran dos días de negociaciones en Suiza, el principal negociador estadounidense en las conversaciones comerciales dijo que las reuniones habían dado lugar a "una gran productividad". Mientras las dos principales potencias económicas del mundo tratan de encontrar soluciones a su disputa comercial tras los fuertes aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump, y las represalias de Pekín.
Los detalles sobre qué se negoció exactamente aún no se han hecho públicos. Sin embargo, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, dijo que el lunes se daría más información. Sin embargo, Greer sí dijo, sin especificar a qué se refería: "Es importante entender lo rápido que pudimos llegar a un acuerdo, lo que refleja que tal vez las diferencias no eran tan grandes como muchos podrían haber pensado". Mientras tanto, China ha guardado silencio por su parte.
El sábado por la noche, Trump acudió a su cuenta de Truth Social para decir que se estaban haciendo "grandes progresos" hacia lo que sugirió que podría ser un "reinicio total" de los aranceles que han puesto a la economía mundial al borde del abismo. Por otro lado, en un editorial publicado por su agencia estatal de noticias antes de que comenzara el segundo día de negociaciones del domingo, China afirmó que "rechazaría firmemente cualquier propuesta que comprometa los principios básicos o socave la causa más amplia de la equidad global".
Los dos países se reunieron en la residencia del embajador suizo ante las Naciones Unidas para mantener las conversaciones. La disputa arancelaria entre Washington y Pekín ha perturbado los mercados mundiales, dejando en los puertos barcos con mercancías procedentes de China. Estas negociaciones pretenden resolver problemas como los mencionados.
El comercio entre los dos países superó los 586.000 millones en 2024
El mes pasado, Trump elevó los aranceles de EE. UU. sobre China a un 145% combinado, y China tomó represalias con un gravamen del 125% sobre las importaciones estadounidenses. Unos aranceles tan elevados equivalen esencialmente a que los dos países se boicoteen mutuamente sus productos, perturbando un comercio que el año pasado superó los 586.000 millones de euros.
En su editorial, Xinhua afirmaba: "Las conversaciones nunca deben ser un pretexto para continuar con la coerción o la extorsión, y China rechazará firmemente cualquier propuesta que comprometa los principios básicos o socave la causa más amplia de la equidad global".
Aun así, altos cargos de la Administración Trump seguían la línea del presidente, insistiendo en que un restablecimiento de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China podría estar en el horizonte. "El secretario Bessent ha dejado claro que uno de sus objetivos es desescalar", dijo a 'Fox News Sunday' el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, que no estaba en Ginebra.
Añadió que tanto EE.UU. como China habían impuesto aranceles "demasiado altos para hacer negocios, pero por eso están hablando ahora". "Somos el consumidor del mundo. Todo el mundo quiere vender sus productos aquí", dijo Lutnick. "Así que necesitan hacer negocios con Estados Unidos, y estamos utilizando el poder de nuestra economía para abrir su economía a nuestros exportadores".
Pekín está dispuesta a reanudar las relaciones comerciales
Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, declaró al programa 'Sunday Morning Futures' de 'Fox News' que "lo que va a ocurrir con toda probabilidad es que se van a reiniciar las relaciones. Parece que los chinos están muy, muy dispuestos a jugar y a renormalizar las cosas".
"Esencialmente estamos empezando de nuevo, partiendo de cero con los chinos", dijo Hassett, "y ellos parecen pensar que realmente quieren reconstruir una relación que sea estupenda para ambos". Las conversaciones suponen la primera vez que las partes se reúnen cara a cara para tratar estos temas. Y aunque las perspectivas de un gran avance son limitadas, incluso una pequeña reducción de los aranceles, especialmente si se aplica simultáneamente, podría ayudar a restablecer la confianza.
"Las negociaciones para comenzar a desescalar la creciente guerra comercial entre Estados Unidos y China son muy necesarias, y es una señal positiva que ambas partes hayan podido superar con elegancia sus disputas sobre quién tenía que llamar primero", dijo Jake Werner, director del Programa de Asia Oriental en el Quincy Institute for Responsible Statecraft, en un correo electrónico a AP.
La Administración Trump ha impuesto aranceles a países de todo el mundo, pero su disputa con China ha sido la más intensa. Los impuestos de importación de Trump sobre los productos chinos incluyen un cargo del 20% destinado a presionar a Pekín para que haga más para detener el flujo del opioide sintético fentanilo hacia Estados Unidos.
El 125% restante forma parte de una disputa que se remonta al primer mandato de Trump y viene a sumarse a los aranceles que impuso a China entonces, lo que significa que los aranceles totales sobre algunos productos chinos pueden superar el 145%.