La Policía indonesia ha localizado este sábado el cuerpo sin vida de Matilde Muñoz en una playa de Lombok. La gallega de 72 años llevaba desaparecida desde el 1 de julio. Se han producido dos detenciones relacionadas con el caso.
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Matilde Muñoz, gallega de nacimiento y mallorquina de adopción, era una azafata jubilada de 72 años apasionada por los viajes al sudeste asiático. Esta viajera empedernida mantenía contacto diario con su círculo cercano a través de WhatsApp, enviando audios y mensajes sobre sus rutinas desde Indonesia.
El 1 de julio dejó de responder al teléfono, algo completamente inusual en una persona que, según sus amigas, "vivía con el móvil en la mano". Matilde se encontraba alojada en el hotel Bumi Aditya, en la zona costera de Senggigi, en la isla de Lombok. Sus allegados interpusieron denuncias tanto en España como en Indonesia, al sospechar que algo grave había ocurrido.
La investigación reveló múltiples incongruencias por parte del personal del hotel. Entre ellas, un mensaje de WhatsApp supuestamente enviado por Matilde el 5 de julio diciendo que se había ido a Laos, pero que contenía numerosas faltas ortográficas impropias de alguien que dominaba varios idiomas. Además, el personal del hotel cambió varias veces su versión sobre los últimos movimientos de la turista española.
El hallazgo que confirma el peor final
El pasado 25 de agosto, trabajadores del hotel encontraron la mochila y pertenencias de Matilde en un vertedero utilizado por el establecimiento. Sin embargo, faltaban elementos clave como el pasaporte, el móvil y el cargador. Este descubrimiento intensificó las sospechas sobre la implicación del personal hotelero en la desaparición.
Finalmente, este sábado las autoridades indonesias confirmaron el hallazgo del cuerpo sin vida en una playa de Lombok. Según fuentes del entorno de la víctima, se han producido dos detenciones relacionadas con el caso, aunque las autoridades mantienen hermetismo sobre los detalles de la investigación.
La familia de Matilde había criticado la lentitud tanto de las autoridades indonesias como españolas en la activación del caso. Desde la Embajada de España en Yakarta, según denunciaron sus allegados, el trato recibido careció de la empatía necesaria en una situación tan delicada. La investigación continúa para esclarecer las circunstancias exactas de la muerte de esta veterana viajera española.