David y Ariel, secuestrados por Hamás en 2023, han sido liberados tras dos años de cautiverio. Su abuela Esther, símbolo de esperanza en Israel, los espera con empanadas y lágrimas en el kibutz Nir Oz. Es la historia de una familia que nunca perdió la fe.
La familia Cunio celebra al fin una noticia esperada durante dos años: la liberación de David y Ariel, los dos hermanos israelíes secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023. Su abuela, Esther Cunio, una mujer argentina de 90 años que vive en Israel, recibió la noticia con lágrimas y alivio en su casa del kibutz Nir Oz. Al ser preguntada sobre qué les diría a sus nietos cuando los viera, dijo: "Que los adoro, ¿qué le voy a decir? Otra palabra no puedo decir. Los adoro y los extrañaba".
Los jóvenes fueron liberados el lunes como parte de la primera fase del acuerdo de paz entre Israel y Hamás, una negociación que marca el cierre de uno de los capítulos más dolorosos del conflicto en Gaza. Con su regreso, Israel ya no tendría rehenes vivos en la Franja, aunque aún permanecen cuerpos sin recuperar.
El ataque del 7 de octubre de 2023 marcó un punto de inflexión en la región: en un solo día, militantes de Hamás penetraron comunidades israelíes cercanas a Gaza, dejando cientos de muertos y capturando decenas de civiles. Durante meses, las familias de los desaparecidos vivieron en la incertidumbre, sin noticias sobre su destino ni posibilidad de acceder a sus seres queridos.
El reciente acuerdo, negociado con la mediación de Qatar y Egipto y respaldado por Estados Unidos, permitió las liberaciones finales y abrió una leve esperanza de estabilidad. Sin embargo, muchas familias israelíes aún buscan recuperar los cuerpos de sus seres queridos y exigen respuestas sobre lo ocurrido durante el cautiverio.
La familia Cunio fue una de las más afectadas por el ataque del 7 de octubre: ocho de sus miembros fueron secuestrados aquella mañana, entre ellos las mellizas Emma y Yuli, liberadas semanas después, en noviembre de 2023. Todos los rehenes de esta misma familia fueron siendo liberados a lo largo de los meses, los últimos han sido David y Ariel este mismo lunes. La liberación de los hermanos completa un largo y angustioso ciclo de espera para la familia, que mantuvo viva la esperanza durante más de dos años.
El nombre de Esther Cunio dio la vuelta al mundo cuando se supo que se había salvado de ser secuestrada gracias a una respuesta inesperada: al mencionar que era fan del futbolista Lionel Messi, los milicianos que irrumpieron en su casa decidieron dejarla libre. Desde entonces, la mujer se convirtió en un símbolo de resiliencia y esperanza para la comunidad israelí de origen latinoamericano.
Durante semanas después del ataque, Esther no supo nada de sus nietos. "Yo no sabía nada. Me enteré después, cuando ya todo había pasado. Nadie quería decírmelo para no hacerme sufrir", recuerda. "Cuando me lo contaron, sentí una tristeza enorme. No podía hacer nada".
El lunes, cuando se confirmó la liberación de David y Ariel, Esther no se despegó del televisor. "Cuando lo vi, me puse a llorar. Tengo cuatro nietos, y él siempre fue tan bueno conmigo. Me cuidaban como si fuera una reina. Me arreglaban las luces, me hacían los mandados. Son chicos buenos, muy buenos".
Una familia que no bajó los brazos
Desde Tel Aviv, el tío de los jóvenes, Sergio Cunio, habló sobre el reencuentro con sus sobrinos y la larga espera. "Gracias a Dios estoy acá para poder contarlo", dijo. "Ese día era mi cumpleaños, el 7 de octubre. Pensábamos viajar a celebrar con Daniel, que cumple el mismo día, pero el destino cambió todo. Así empezó el calvario. Dos años realmente se me hicieron muy difíciles".
Sergio cuenta que lo primero que hará cuando los vea será reunir a toda la familia. "Estoy feliz, muy feliz. Los quiero muchísimo. Esperamos que se normalice todo para poder ir a visitarlos, estar con ellos y disfrutarlos como siempre. La abuela Esther siempre dijo: 'siempre juntos', y así vamos a estar siempre juntos. Gracias a Dios".
Durante los dos años de cautiverio, la familia Cunio se mantuvo unida y activa en la búsqueda de sus seres queridos. Sergio destaca especialmente la fortaleza de Silvia, madre de David, Ariel, Emma y Yuli, que lideró la campaña internacional para lograr la liberación de sus hijos. "Gracias a la fuerza de Silvia, porque realmente es una leona", afirmó. "Ella lo llevó adelante, y nosotros la acompañamos. Era nuestro objetivo. Estamos contentos, muy contentos".
El lunes, después de la liberación, llegaron las primeras noticias directas. "Vimos fotos, los chicos están bien, estamos en contacto por teléfono. Sabemos que se están recuperando, haciéndose todos los análisis que se necesitan", contó Sergio. "Y cuando vuelvan, los vamos a traer acá, a mi casa, para hacerles un lindo asado, como siempre les gustó".