La Audiencia Nacional ha iniciado la última vista del caso Gürtel, centrada en los delitos de fraude y blanqueo cometidos entre 1998 y 2009. Veinte de los 26 acusados, entre ellos los cabecillas Francisco Correa y Pablo Crespo, han reconocido los hechos para intentar reducir sus penas.
La Audiencia Nacional ha iniciado este lunes el último juicio del caso Gürtel, la macrocausa de corrupción vinculada al Partido Popular (PP), que fue dividida en 13 piezas. En esta fase se juzgan delitos fiscales y de blanqueo de capitales cometidos entre 1998 y 2009 a través de sobornos a cargos públicos para lograr adjudicaciones de contratos.
De los 26 acusados, 20 han reconocido los hechos, entre ellos los dos principales responsables de la trama, Francisco Correa y Pablo Crespo, quienes han comunicado su intención de colaborar con la Justicia para lograr una rebaja en sus penas. La Fiscalía Anticorrupción solicita para ambos 77 años de cárcel, las condenas más elevadas del proceso.
Solo una minoría rechaza pactar con la Fiscalía
Una pequeña parte de los acusados ha optado por no llegar a acuerdos con el Ministerio Público, lo que ha obligado a celebrar el juicio, que se prevé prolongar hasta el 20 de noviembre.
Entre los que han sellado pactos destacan Correa y Crespo. Para el primero, la Fiscalía atribuye una veintena de delitos fiscales, dos de blanqueo y falsedad documental. Crespo, exsecretario de Organización del PP gallego, afronta la misma petición de pena.
Las confesiones de Francisco Correa
En un escrito remitido a la Sección Segunda de lo Penal, Correa señala a Pablo Crespo y a Ramón Blanco Balín cerebro financiero del entramado, como los responsables de la gestión de sus sociedades y fondos. Asegura que llegó a plantearse regularizar su dinero en el extranjero, pero que Blanco Balín le convenció de mantener oculto en la cuenta Soleado, supuestamente utilizada por personas "de máxima relevancia" en España, entre ellas el rey emérito Juan Carlos I, algo que, dice, ahora lamenta profundamente.
Correa, actualmente en tercer grado tras cumplir diez años de prisión, ya permitió el desbloqueo de sus cuentas en Suiza para repatriar 20,7 millones de euros destinados a cubrir responsabilidades civiles. En su escrito, además, intenta exculpar a su primo Antoine Sánchez, también acusado y para quien la Fiscalía solicita tres años de cárcel por blanqueo.
La versión de Pablo Crespo
Por su parte, Pablo Crespo admite en su confesión que deducía como gastos empresariales lo que en realidad eran regalos o favores dirigidos a autoridades, funcionarios o al propio Partido Popular. También reconoce haber creado sociedades en Panamá para ocultar ingresos y evadir al fisco, y confirma que él mismo daba instrucciones directas a los gestores de las empresas de llamado Grupo Correa, como Isabel Jordán, una de las primeras en colaborar con la Fiscalía.
Los pactos con el Ministerio se han convertido en una constante en los últimos juicios de la trama Gürtel, por la que el PP fue condenado como partícipe a título lucrativo debido a los beneficios obtenidos en varios municipios madrileños.