El Parlamento nipón elige a Takaichi como primera ministra, en un giro histórico marcado por su perfil ultraconservador y su alianza con el partido Ishin. Aspira a seguir los pasos de su admirada Margaret Thatcher, que gobernó el Reino Unido durante la década de 1980.
El Parlamento japonés ha confirmado este martes a Sanae Takaichi como nueva primera ministra del país, convirtiéndola en la primera mujer en liderar Japón. Su nombramiento estaba casi asegurado tras imponerse en las primarias del Partido Liberal Democrático (PLD) y se produce después de que el primer ministro saliente, Shigeru Ishiba, y su Gabinete dimitieran en bloque.
Takaichi, de 64 años, selló una alianza con el Partido de la Innovación (Ishin) para garantizar la continuidad de los conservadores en el poder, tras la ruptura de la histórica coalición con el partido centrista Komeito. Aunque el PLD e Ishin no alcanzan por sí solos la mayoría en la Dieta, el Parlamento nacional japonés, el respaldo de varios diputados independientes permitió asegurar la victoria.
La nueva líder enfrenta un escenario político frágil, con una oposición fragmentada y una agenda marcada por la crisis económica, la inflación y el envejecimiento de la población. Se espera que anuncie en las próximas horas la composición de su Gabinete, en el que ya figura Satsuki Katayama como ministra de Finanzas.
Figura del ala más dura del nacionalismo japonés, Takaichi se inspira en Margaret Thatcher y ha prometido un giro reaccionario en materia social. Rechaza ampliar los derechos de las mujeres -incluido conservar su apellido tras el matrimonio- y niega los crímenes de guerra cometidos por el ejército imperial. Pese al simbolismo de su ascenso, su liderazgo no augura un avance en igualdad de género en un país que ocupa el puesto 118 del mundo en esa materia.
De hecho, Takaichi es una de las figuras de la política japonesa que han buscado obstaculizar la adopción de medidas para la promoción de la mujer; apoya la sucesión exclusivamente masculina de la familia imperial y se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sanae tiene por delante una gran tarea en materia económica
Takaichi tiene frente a sí una apretada agenda estos días, que incluye: un importante discurso político a finales de esta semana, conversar con el presidente estadounidense, Donald Trump, y diversas cumbres regionales. La nueva primera ministra tendrá que hacer frente rápidamente a la subida de precios y elaborar medidas para impulsar la economía antes de finales de diciembre, con el fin de responder a la frustración de los ciudadanos.
Protegida del asesinado ex primer ministro Shinzo Abe, se espera que Takaichi emule sus políticas, incluyendo el refuerzo del Ejército y la economía, así como la revisión de la Constitución pacifista de Japón. Con un control potencialmente débil del poder, se desconoce cuánto podría conseguir la líder del PLD. Cuando el Komeito abandonó la coalición de Gobierno, citó la laxa respuesta de la formación a los escándalos de los fondos para sobornos de sus últimas derrotas electorales.
El partido centrista también expresó su preocupación por la visión revisionista de Takaichi sobre el pasado bélico de Japón y sus oraciones periódicas en el santuario de Yasukuni, a pesar de las protestas de Pekín y Seúl, que ven en estas visitas una falta de remordimiento por la agresión japonesa, así como por sus recientes comentarios xenófobos. Sin embargo, la nueva primera ministra ha rebajado el tono de su retórica belicista. El viernes, Takaichi envió un ornamento religioso en lugar de ir a Yasukuni.