Un perro guía no solo da seguridad a los discapacitados visuales, sino también libertad.
Hay ocasiones en que la sociedad nos recuerda que el verdadero progreso no se mide solo en tecnología o cifras, sino en actos de comprensión, respeto e inclusión. Los perros guía para ciegos son una de las pruebas más vivas de que la dignidad humana puede descansar sobre las cuatro patas de un alma entregada.
Raphaelia nos ha abierto todo un mundo por el que solemos pasar sin darnos cuenta. Junto a ella está Sueño, su perro guía: un alma llena de calma, seguridad y una devoción increíble. No era solo su perro; eran sus ojos, su autonomía, su libertad. _"_Me ayuda muchísimo en mi vida diaria. Identifica los obstáculos del camino y la ruta que quiero tomar, a los que posiblemente me enfrentaría con el bastón blanco. También me lleva a mi destino de la forma más segura posible. Evita los obstáculos que pueda haber".
Los perros guía reciben un adiestramiento metódico y constante para leer la zona, evitar obstáculos, decir "no" cuando una ruta es peligrosa y permanecer junto a la persona a la que acompañan en todo momento. Pero lo más impactante no está en sus habilidades. Está en la relación profunda y recíproca que desarrollan con la persona a la que guían.
"Nos fijamos en su temperamento, su comportamiento, cómo maneja el estrés en general. Tiene que tener una buena actitud, un alto coeficiente intelectual, capacidad de observación, agudeza, resolución de problemas... Aprende a servir a los humanos. No tener problemas con el entorno, con las superficies. A ser capaz de gestionar el estrés en general, a desenvolverse en él y a encontrar soluciones", dice Yannis Kondraros, fundador de Liberty Guide Dogs.
Renee caminó delante de mí con confianza y yo la seguí. En esos pocos metros me di cuenta de algo que otras personas viven cada día: que un perro guía no es un ayudante, es un compañero. En cuerpo y alma. Es el vínculo entre la incertidumbre y la independencia.
Muchas veces a los ojos del hombre pueden tener cuatro patas. El perro guía no sólo ve el camino. Ve el corazón del humano que le sujeta con esa correa. Un hombre está siendo guiado hacia su libertad e independencia. Muchas veces en nuestras vidas nuestros guías más fieles puede que nunca hayan dicho una palabra.