Esta tradición de décadas de antigüedad se ha convertido en la atracción más importante de esta localidad de setecientos habitantes, atrayendo a miles de visitantes cada año.
Para el primer domingo de Adviento, los vecinos de Geresdlak, en Baranya, reconstruyeron el pueblo con pan de especias. Con 90 kilos de harina, 40 kilos de azúcar glasé, 20 kilos de margarina, 500 huevos y 10 litros de miel se hicieron un total de 220 construcciones en este pueblo de setecientos habitantes.
"Me encanta la repostería, y hace 17 años hacía casitas con mis hijos en casa. Y entonces tuve la idea de hornear un pueblo aquí en Geresdlak. Nos juntamos varios y al cabo de un par de años Geresdlak estaba horneado", explica a 'Euronews' la propietaria de la idea, Tímea Kettné Schmidt.
El pueblo de pan de jengibre se ha convertido en la mayor atracción de la ciudad, atrayendo a miles de visitantes cada año.
"Por eso merece la pena -piensa la gente del país- recorrer cientos de kilómetros. Como hoy, que hemos tenido invitados de Szeged", dijo Tibor Hajbanecz, alcalde del pueblo. Este año los artesanos también hicieron un código QR con pan de jengibre. El enlace es a un cortometraje sobre Geresdlak.