Cinco familiares de una mujer británica de 89 años intentaron embarcarla fallecida en un vuelo de easyJet entre Málaga y Londres el pasado jueves, asegurando al personal que solo estaba cansada. El vuelo se retrasó 12 horas tras detectarse el fallecimiento.
Varios testigos del vuelo que cubría la ruta Málaga-Gatwick han declarado que la mujer de 89 años fue trasladada en silla de ruedas por cinco familiares que aseguraron al personal de tierra que se encontraba indispuesta. Según relatos de pasajeros recogidos por el 'Daily Mail', los familiares habrían afirmado que la anciana simplemente estaba dormida y que incluso se identificaron como médicos para tranquilizar al personal.
La familia logró sentar a la mujer en la parte trasera del avión. El vuelo, que tenía prevista su salida poco después de las 11:00, comenzó a rodar hacia la pista. Sin embargo, momentos antes del despegue, la tripulación se percató de que la pasajera había fallecido. El avión tuvo que regresar al estacionamiento.
Tracy-Ann Kitching, una viajera, relató en redes sociales: "Vi cómo la llevaban en silla de ruedas al avión; ¡alguien le sujetaba la cabeza mientras pasaban a mi lado! Un médico que iba a bordo confirmó que ya estaba muerta cuando la sentaron".
Petra Boddington, otra de las pasajeras, expresó su indignación: "¿En qué estaba pensando el personal de tierra de easyJet? Preguntaron a la familia cinco veces si la mujer estaba bien... ¡y claramente no lo estaba!". Boddington describió que la mujer parecía desplomada e inconsciente en la silla de ruedas.
La versión de easyJet y la complejidad de repatriar un cadáver
La compañía easyJet ha negado que se permitiera el embarque de una persona fallecida. Un portavoz aseguró que la pasajera contaba con un certificado de aptitud para volar y que estaba viva al subir al avión. "El vuelo regresó al estacionamiento antes del despegue debido a que una clienta a bordo requirió asistencia médica urgente. El vuelo fue recibido por los servicios de emergencia, pero tristemente la clienta falleció", informó la aerolínea.
La Guardia Civil de Málaga confirmó que sus agentes acudieron a la aeronave y que la mujer fue declarada muerta en el interior. El incidente provocó un retraso de 12 horas, y el vuelo finalmente despegó a las 22:47. No se han producido detenciones entre los familiares.
Algunos pasajeros han sugerido que la motivación de la familia podría haber sido evitar los gastos y trámites de la repatriación. El transporte internacional de cadáveres es un proceso complejo que requiere múltiples documentos oficiales, certificados de defunción, autorizaciones sanitarias y embalsamamiento obligatorio en muchos casos. Los costes rondan entre 3.000 y 6.000 euros solo para el transporte aéreo, según fuentes del sector funerario.
El traslado de restos mortales entre países debe realizarse en féretros especiales con características específicas y habitualmente se lleva a cabo en vuelos de carga, no en vuelos comerciales de pasajeros. Las aerolíneas comerciales raramente permiten el transporte de cadáveres en cabina de pasajeros y, cuando lo hacen, exigen documentación exhaustiva y el cumplimiento de estrictos protocolos sanitarios.