Austria es el cuarto país más rico de la eurozona y uno de los 20 más ricos del mundo.
Austria es el cuarto país más rico de la eurozona y uno de los 20 más ricos del mundo. Tiene una de las tasas de desempleo más bajas de la UE y un potente sector manufacturero y exportador, que han revertido en tan sólo cuatro años, el peso de su economía a niveles anteriores a la crisis.
Sin embargo, tras el relumbrón de las cifras macroeconómicas, se esconde un creciente aumento de la desigualdad y de la pobreza.
La crisis de refugiados, el aumento del paro (del 4,6% en 2011 al 5,9% en 2016), y el descrédito de la política tradicional, han favorecido el ascenso de la ultraderecha.
Para un país de 8,8 millones de habitantes y orgulloso del peso bollante del turismo (15% del PIB), la llegada de unos 120.000 refugiados desde 2015, generó una gran inquietud. La fuerza laboral extranjera ha duplicado a la nacional (10,8%).
Por si fuera poco, el incremento de los contratos temporales y mal pagados (una cuarta parte de los trabajadores) ha disparado la creciente desigualdad salarial y la pobreza.
Del más de medio millón de pobres en el país hay 300.000 que tienen trabajo pero aun así no tienen ingresos suficientes para eludir la carestía.