El Tribunal Supremo de Londres tenía que examinar este lunes el caso del Banco Real de Escocia, conocido como “la quiebra bancaria del siglo”.
Pero este juicio nada convencional ha sido pospuesto 24 horas, pues el establecimiento ha hecho una oferta de último minuto a los 9.000 pequeños accionistas que acusan al banco y a cuatro de sus exdirectivos de ocultar el estado catastrófico de la institución en abril de 2008, poco antes de caer en bancarrota
El gobierno británico tuvo que invertir 45.000 millones de libras para salvar al banco, que sigue siendo propiedad estatal en un setenta y dos 72%.