El oro sigue rondando máximos históricos, impulsado por el debilitamiento del dólar estadounidense, las inciertas perspectivas económicas mundiales y la escalada de las tensiones geopolíticas.
Los precios del oro rondaron máximos históricos antes de las decisiones clave de los bancos centrales sobre los tipos de interés esta semana. El oro superó los 2.600 dólares (2.360 euros) por onza por primera vez el pasado viernes y ha mantenido ese nivel hasta el inicio de esta semana a pesar de un ligero retroceso.
Por su parte, el oro al contado alcanzó un máximo de 2.589 dólares la onza antes de bajar a 2.577 dólares (2.340 euros) durante la sesión asiática del martes. El metal precioso ha subido en los últimos siete meses, ganando más de 500$ (454€) por onza, o un 24%, desde que superó la marca crítica de 2.080$ (1.889€) en marzo.
Esta semana, la atención se centrará en las decisiones sobre los tipos de interés de tres grandes bancos centrales: la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. Es probable que el oro siga en el punto de mira, ya que las incertidumbres actuales en torno al crecimiento económico mundial podrían influir aún más en su impulso.
El motor clave de la subida del oro: Un dólar debilitado
La reciente debilidad del dólar estadounidense ha sido uno de los principales motores de la subida del precio del oro en los últimos meses. El índice del dólar estadounidense (DXY), que mide el valor del billete verde frente a las seis divisas principales, ha bajado un 5,7% desde su máximo en abril, situándose justo por encima de 100, un nivel que no se veía desde diciembre de 2023.
El índice del dólar se ha mantenido cerca de este mínimo durante las últimas tres semanas, a medida que aumentan las expectativas de que la Reserva Federal lleve a cabo un importante recorte de tipos del 0,5% en su próxima reunión del miércoles.
El nivel de 100 es un umbral psicológico crítico para el índice del dólar. Si cae por debajo de esta marca, es probable que el dólar estadounidense se debilite aún más, lo que podría impulsar otro repunte de los precios del oro.
Esto se debe a la relación inversa entre los precios del oro y el valor del dólar estadounidense, así como los tipos de interés. Un dólar más débil hace que el oro sea más asequible en otras divisas, lo que impulsa la demanda.
Un depósito de valor más atractivo
Además, unos tipos de interés más bajos reducen el atractivo de los activos que devengan intereses, como el efectivo, lo que convierte al oro en un depósito de valor más atractivo.
Por otra parte, los avances del Banco de Japón en el endurecimiento de su política monetaria podrían fortalecer el yen japonés y debilitar aún más el dólar estadounidense. Esto podría provocar una mayor volatilidad en los mercados y un aumento de la demanda de activos refugio como el oro.
El oro, en un nivel récord
El oro está ampliamente considerado como un activo refugio tradicional, conocido por mantener o incrementar su valor durante periodos de incertidumbre económica, volatilidad de los mercados o inestabilidad geopolítica.
Acontecimientos recientes, como los conflictos en Oriente Próximo y la actual guerra en Ucrania, han contribuido aún más a estas incertidumbres, impulsando la demanda de oro.
El panorama económico mundial también ha desempeñado un papel crucial a la hora de sostener la subida de su precio. Como destaca el Consejo Mundial del Oro "Un entorno geopolítico y financiero cada vez más complejo está haciendo que la gestión de las reservas de oro por parte de los bancos centrales sea más relevante que nunca".
Los datos económicos muestran una significativa ralentización del crecimiento mundial, con el estancamiento de las principales economías europeas, la vacilante recuperación económica de China y un crecimiento más suave en Estados Unidos.
Desaceleraciones económicas
A medida que los bancos centrales se alejan de las subidas agresivas de tipos, se ha intensificado la preocupación por las desaceleraciones económicas y las posibles recesiones. Las crecientes tensiones geopolíticas, unidas al debilitamiento del mercado laboral y al descenso del gasto de los consumidores, han agravado el malestar.
En 2023, muchos bancos centrales occidentales interrumpieron bruscamente sus programas de expansión cuantitativa (QE) y se embarcaron en agresivas subidas de tipos para combatir la inflación. Sin embargo, la lucha contra la inflación se ha hecho a costa del crecimiento económico, sobre todo en la eurozona.
Empeoramiento de la economía estadounidense
- Aumentan los nervios de los inversores respecto a la capacidad de la economía estadounidense para lograr un aterrizaje suave, ya que los últimos datos apuntan a una marcada ralentización del mercado laboral.
La breve inversión de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 y 2 años el mes pasado -típica señal de advertencia de una recesión inminente- también ha avivado las preocupaciones. Un fuerte recorte de tipos por parte de la Reserva Federal podría indicar la urgencia de bajar los tipos de interés en respuesta al empeoramiento de las condiciones económicas.
Además, varias economías desarrolladas, como Alemania, Reino Unido, Japón y Nueva Zelanda, han entrado en recesión técnica en 2023 y 2024, definida como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB.
Es probable que la combinación de factores económicos y geopolíticos mantenga al oro en primera línea como opción de inversión segura.