Primera prueba de esquí para jóvenes con discapacidad

Primera prueba de esquí para jóvenes con discapacidad
Por Euronews
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Tadej (Tadei), un chico invidente, es el más joven de 17 esquiadores procedentes de cinco países que se reúnen en la estación de esquí andorrana de La Molina. Allí se celebra la primera competición europea para personas con discapacidad menores de 18 años.

El pequeño tiene 10 años y sin Dragana, su guía, no podría esquiar debido a su ceguera. A sus 26 años, esta excampeona eslovena de natación se dedica a entrenar a niños con discapacidad.

“Siento que esto es algo que necesitan: oportunidades para disfrutar. No necesitan competir mientras nadan o esquían. Para mí lo más importante es que se sientan seguros haciendo lo que les gusta”, comenta a Euronews la joven, excampeona de natación.

Sobre la nieve, Tadei y Dragana son una persona. El pequeño puede esquiar sin ver nada gracias a una técnica que parece simple.

“Tenemos reglas en la pista. Si dices ‘pa-pa-pa’, el esquiador te sigue. Si dices ‘gate’, traza una curva. Puede oirme a través del sonido del transmisor que llevo en la espalda, por eso me puede seguir fácilmente”, comenta la guía.

Quizás algún día Tadei sea tan rápido como Gabriel. Este atleta invidente de 22 años ha acudido a la estación andorrana para compartir su experiencia en los Juegos Paralímpicos de Vancouver, donde defendió los colores españoles.

“El hecho de ser discapacitado quizás me haya podido abrir de una manera diferente las puertas del mundo del esquí. Ahora compito al más alto nivel. Siempre intento vivir lo que hago, independientemente de mi discapacidad”, asegura el esquiador.

Llega la mañana del gran día: Gabriel dirige el calentamiento previo a la competición, cuando los esquiadores se enfrentarán entre sí después de tres días de entrenamientos. Tiempo en el que también ha habido espacio para la convivencia entre estos jóvenes procedentes de Italia, Alemania, Holanda, Eslovenia y España. Los chicos están preparados para competir en las categorías de silla de ruedas, erguida y de discapacidad visual.

Llevar a cabo una competición así es caro; hay material especializado. Matthias, el organizador, recibe una ayuda de la Unión Europea, y ya piensa en proyectos que van más allá.

“El objetivo del movimiento paralímpico, tanto para el comité internacional paralímpico como para el comité paralímpico europeo, es promover el deporte de élite entre las personas con discapacidad. Se busca que reciban el apoyo de entrenadores para que en un futuro algunos de ellos puedan ser campeones. En nuestro programa hacemos énfasis en la habilidad con el lema “puedes conseguirlo”, explica.

Por su parte, Gabriel asevera que “estos chicos tienen muchas ganas; yo les diría que nada es fácil. El grado de complicación disminuye en relación al interés que tú le pones.”

Desde los primeros Juegos Paralímpicos en 1960, las cosas han evolucionado. Sin embargo, las estaciones austriacas siguen siendo las mejor adaptadas. En este sentido, otros países aún tienen mucho trabajo por delante.

“Es muy importante que el público en general y las estaciones sean conscientes de las necesidades de las personas con discapacidad para que puedan tener pleno acceso a todo. Un primer paso sería mejorar los telesillas que van a los restaurantes y hacer baños más accesibles”, alerta el organizador del evento.

La Molina es la primera cita de la prueba. Hasta marzo de 2014, estos chicos se volverán a encontrar en cuatro países para seguir compitiendo. Entonces estos campeones habrán olvidado sus limitaciones. Recuerden sus nombres.

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