La soprano Netrebko ha tenido que cancelar sus actuaciones y el director de orquesta Valery Gegiev ha sido despedido de la Filarmónica de Múnich
Un telón de acero cae sobre reputados artistas rusos.
La cantante Anna Netrebko, una de las voces más conocidas de la ópera en la actualidad, se ha visto obligada a suspender sus actuaciones hasta nueva orden.
Debía cantar este miércoles en Hamburgo pero su concierto ha sido cancelado tras una llamada al boicot; el embajador de Ucrania en Alemania, Andrij Melnyk, había pedido en Twitter boicotear su actuación.
Se le reprocha haber apoyado a los separatistas del Donbás a quienes entregó un cheque de 15 000 euros. La soprano alega que era para la ópera de Donetsk cuya financiación fue cortada por Kiev. También se la considera como cercana al presidente ruso, Vladimir Putin, tras ser elegida para cantar el himno olímpico en la ceremonia de apertura de los Juegos de Sochi, en febrero de 2014,
Netrebko emitió un comunicado en el que se justifica:"Soy rusa y amo mi país pero tengo muchos amigos en Ucrania y el dolor me está rompiendo el corazón. Quiero que esta guerra termine y que la gente pueda vivir en paz."
Y la batuta del director de orquesta, Valery Gergiev, dejará de dirigir la Filarmónica de Múnich que le ha despedido por no condenar la invasión rusa de Ucrania.
Previamente las Filarmónicas de París y Róterdam, y la Escala de Milán anunciaban asímismo el cese de su colaboración con Gergiev. También ha tenido que dimitir como director musical del Festival de Verbier (Suiza) y del Festival de Edimburgo (Escocia). El Festival Suizo de Lucerna y el Carnegie Hall de Nueva York han cancelado varios de sus conciertos.
Su cercanía a Vladimir Putin, a quien conoce desde 1992, y con el que según él mismo confesó se reune "cinco o seis veces al año", le han valido muchas críticas. Gergiev es además director del teatro Mariinsky de San Petersburgo, la ciudad de origen del presidente ruso.