¿Un héroe o un villano? ¿Un mártir o un criminal? ¿Un santo o un pecador?
Una escultura hiperrealista que muestra a Donald Trump clavado en una cruz y vestido con un mono carcelario naranja se exhibe en la Basler Kunstmeile, en Suiza, semanas después de que su estreno junto a la estación central de Basilea se pospusiera por miedo al rechazo del público.
La escultura, titulada 'Saint or Sinner', es del artista británico Mason Storm, conocido por su arte satírico y a menudo politizado. Y, como Banksy, cultiva un aura de anonimato al usar máscaras y pasamontañas.
Aquí juega con la dicotomía entre una crucifixión vertical y una camilla de ejecución horizontal, y deja un espacio provocador donde religión y política se mezclan para plantear si el actual presidente de Estados Unidos merece entrar en el cielo o recibir una inyección letal.
La escultura es inquietantemente realista, algo que maravilla a Konrad Breznik, propietario de la galería Gleis 4.
"Se ve cada arruga, la piel es tan realista que resulta realmente perturbadora", dijo a AFP.
Breznik incluso dijo que creía que Trump podría llegar a apreciar la obra.
"Creo absolutamente que el señor Trump podría verse muy bien en el papel de un Jesús moderno", afirmó. "Estoy bastante seguro de que está muy convencido de que está haciendo lo correcto".
Curiosamente, el propio Trump dijo el mes pasado, a bordo de Air Force One, "No creo que haya nada que me vaya a llevar al cielo, creo que quizá no estoy destinado al cielo".
Ahí lo tienen.
Si la obra podría exhibirse en Estados Unidos es otra cuestión. Ya se ha vendido a un coleccionista europeo 'de renombre internacional', cuyo nombre permanece confidencial, según la galería.
'Saint or Sinner' se exhibe con orgullo en Basilea hasta mediados de noviembre.