El certamen, que cumplirá 70 años en 2026, se esfuerza por anteponer el pop a la política, pero en repetidas ocasiones se ha visto envuelto en acontecimientos mundiales.
El cantante suizo Nemo, ganador del Festival de Eurovisión 2024, ha declarado este jueves que devolverá el trofeo de ganador porque se permite a Israel competir en el políticamente conflictivo certamen musical. En un vídeo de Instagram, Nemo sostuvo el adorno de cristal con forma de micrófono y dijo: "Hoy ya no siento que este trofeo pertenezca a mi estantería".
"Eurovisión dice que representa la unidad, la inclusión y la dignidad para todas las personas", dijo Nemo, añadiendo que la participación de Israel, dada su conducción de la guerra contra Hamás en Gaza, muestra que esos ideales están en desacuerdo con las decisiones de los organizadores.
El cantante no binario ganó el concurso en mayo de 2024 con la canción pop-operística "The Code". Cinco países -España, Países Bajos, Irlanda, Eslovenia e Islandia- han anunciado que boicotearán el certamen de 2026 después de que el organizador, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), se negara a expulsar a Israel.
"Cuando países enteros se retiran, debería estar claro que algo va profundamente mal", dijo Nemo antes de colocar el trofeo en una caja que, según dijeron, sería enviada a la sede en Ginebra de la UER, que dirige Eurovisión.
Está previsto que Eurovisión se celebre el próximo año en Viena en mayo, después de que la cantante austriaca JJ ganara el concurso de 2025 en Basilea (Suiza). Según la tradición eurovisiva, el país ganador es el anfitrión al año siguiente. Los abandonos ensombrecen el futuro de lo que se supone que es una fiesta cultural para sentirse bien, marcada por la rivalidad amistosa.
El concurso, que cumplirá 70 años en 2026, trata de anteponer el pop a la política, pero se ha visto envuelto en repetidas ocasiones en acontecimientos mundiales. Rusia fue expulsada en 2022 tras su invasión a gran escala de Ucrania.
Durante los dos últimos años, la guerra de Gaza ha agitado el ambiente, provocando protestas y obligando a los organizadores a tomar medidas drásticas contra el ondear de banderas políticas.
Quienes se oponen a la participación de Israel citan la guerra de Gaza, en la que han muerto más de 70.000 palestinos, según el Ministerio de Sanidad del territorio, dirigido por Hamás. El Gobierno de Israel ha defendido en repetidas ocasiones su campaña militar como respuesta al ataque perpetrado por militantes dirigidos por Hamás el 7 de octubre de 2023, en el que murieron casi 1.200 personas, en su mayoría civiles, y otras 251 fueron tomadas como rehenes. Varios expertos, incluidos los encargados por un organismo de la ONU, han afirmado que la ofensiva israelí en Gaza equivale a un genocidio, afirmación que Israel ha negado enérgicamente.