Los cangrejos ermitaños se excitan sexualmente con la contaminación plástica de los océanos

Resulta que los cangrejos ermitaños no odian el plástico como todo el mundo.
Resulta que los cangrejos ermitaños no odian el plástico como todo el mundo. Derechos de autor Euronews
Por Marthe de Ferrer
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Un estudio ha descubierto que cuando los cangrejos ermitaños se exponen a una sustancia química procedente de la contaminación plástica, su ritmo de respiración aumenta, lo que indica tanto excitación como atracción.

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Todo el mundo odia la contaminación plástica, ¿verdad? No nos gusta ver fotos de tortugas atrapadas en redes de pesca, aves enredadas en envases desechados o la enorme cantidad de microplásticos que acaban consumiendo los peces.

Pues bien, resulta que para una especie en particular el creciente problema del plástico marino no está suponiendo un problema; de hecho, se excita con estos residuos...

Has leído bien, los cangrejos ermitaños se sienten atraídos por el plástico del océano.

Se sabe que un aditivo del plástico llamado oleamida es una feromona sexual y un estimulante para determinadas especies marinas, entre ellas las gambas.

Un equipo de investigación de la Universidad de Hull en Reino Unido ha descubierto que cuando los cangrejos ermitaños se exponen a la sustancia química, su ritmo de respiración aumenta, lo que indica tanto excitación como atracción.

"Nuestro estudio demuestra que la oleamida atrae a los cangrejos ermitaños", afirma Paula Schirrmacher, doctorando que ha trabajado en el artículo.

"La tasa de respiración aumenta significativamente en respuesta a bajas concentraciones de oleamida, y los cangrejos ermitaños muestran una atracción conductual comparable a su respuesta a un estimulante alimenticio".

"La oleamida también tiene un sorprendente parecido con el ácido oleico, una sustancia química liberada por los artrópodos durante la descomposición. Como carroñeros, los cangrejos ermitaños pueden identificar erróneamente la oleamida como una fuente de alimento, lo que le convierte en una trampa".

"Esta investigación demuestra que la extracción de los aditivos puede desempeñar un papel importante en la atracción de la vida marina hacia el plástico".

Teniendo en cuenta que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que cada año se vierten en nuestros océanos al menos 7,2 millones de toneladas de plástico, este problema solo va a empeorar.

Contaminación plástica y cambio climático

Los científicos que trabajaron en este estudio han elaborado otros trabajos en los que examinan cómo los invertebrados marinos de la costa de Yorkshire se ven afectados tanto por el cambio climático como por la contaminación por plásticos.

El equipo estudió los mejillones, y observó cómo la acidificación de los océanos y la contaminación por plásticos afectan a las especies de forma diferente, según su sexo.

"Es muy importante entender cómo actúan los aditivos plásticos a nivel molecular, especialmente en el éxito reproductivo", explica Luana Fiorella Mincarelli, otra estudiante de doctorado que trabaja en el grupo de investigación.

"Hemos descubierto que su efecto tóxico puede verse amplificado en un escenario de cambio climático".

La investigación de Mincarelli descubrió que los mejillones azules macho se veían afectados sobre todo por el aumento de la temperatura, mientras que las hembras eran más sensibles a una sustancia química tóxica presente en muchos tipos de plástico, conocida como DEHP - abreviación de di(2-etilhexil) ftalato.

Su trabajo concluye que tanto el aumento de las temperaturas en el océano como la contaminación por plástico pueden tener un impacto significativo en los ciclos de reproducción de los invertebrados marinos, afectando negativamente a las tasas de reproducción.

**Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la sección de ecología de Euronews Green. **

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