Sensores de monitorización del agua, estaciones meteorológicas, sensores en las plantas, imágenes de satélite, imágenes de dron, la tecnología sale a la ayuda del campo en un año muy seco en la península ibérica.
Estos son los últimos datos de febrero del servicio de cambio climático Copérnico.
El mes pasado Europa en conjunto tuvo 2,4 grados centígrados más que la media entre 1991 y 2020.
En el mapa de anomalías térmicas en el mundo se puede ver esa cifra confirmada, con Europa y gran parte de Rusia en rojo, indicando más calidez que la temperatura media.
Pero la historia fue muy diferente desde Alaska a Groenlandia y bajando hasta Texas, en Estados Unidos, donde las temperaturas estuvieron en algunos casos muy por debajo de la media de febrero.
Anomalía del hielo en la Antártida frente al período de referencia 1991- 2020
(Fuente: Servicio de Cambio Climático Copérnico)
En la Antártida es el final del verano y en febrero el hielo océanico alcanzó su segunda media mensual más baja de los registros.
Alrededor del continente hubo este febrero 0,9 millones de kilómetros cuadrados menos de hielo que la media.
Las armas tecnológicas para afrontar la sequía en Portugal
El 95% del país afronta ahora una severa o extrema sequía que ha afectado a toda la península ibérica este invierno.
Los agricultores tienen por delante un duro año para el cultivo. ¿Cómo se están adaptando?
Este brillante campo verde de cebada puede parecer perfectamente sano para el ojo inexperto. Pero José Maria Falcāo es agricultor y puede ya ver que las plantas sufren la sequía.
La cebada debería estar más alta, más gruesa y tener raíces más largas. Debilitada por la falta de lluvias, está sucumbiendo a una infestación fúngica.
“Esto es típico cuando una planta está débil, cuando necesita crecer y se queda con las ganas. Le pasa todo lo malo, como una persona enfermiza y malnutrida que se enferma mucho más rápidamente”, explica Falcao.
No hace falta ser un experimentado agricultor para ver el problema.
Jose Maria ha registrado unos 10 milímetros de lluvia en enero y febrero, comparados con los 200 milímetros durante el mismo período del año pasado.
La tendencia irá en aumento a lo largo del siglo
Estamos a mediados de marzo y el nivel del agua en esta presa debería estar por encima de mi cabeza. ¿Esto se debe al cambio climático o se trata solo de una variabilidad natural?
En el servicio meteorológico de Portugal, la climatóloga Vanda Pires asegura que el calentamiento global tiene su parte de responsabilidad.
Las dos últimas décadas han sido las más secas desde el comienzo de los registros, las sequías ahora son más frecuentes y los años de lluvia, cada vez menos habituales.
Y la tendencia continuará.
“Al final de este siglo las proyecciones apuntan a una disminución de las precipitaciones en todo el país. Estas diferencias pueden ser pérdidas de precipitaciones de entre un 15 y un 20% en el norte y de 30 a un 40% en el sur, lo que es bastante significativo”.
La tecnología a la ayuda del campo
De vuelta en el campo, Jose Maria nos muestra el sistema de irrigación controlado por ordenador, las sondas de humedad del suelo y los sensores de crecimiento que utiliza para mantener estos almendros vivos y productivos.
« No puedo hacerlo a ojo, simplemente mirando. Así no ves nada. Tengo que ver bajo tierra para saber dónde está la humedad y conseguir así con poca agua un cultivo que necesita mucha agua”, comenta.
Esa fe en la tecnología y los datos la tiene también el experto en irrigación Gonçalo Rodrigues, convencido de que necesitamos recurrir a todas las herramientas posibles para gestionar el agua que tenemos.
“Usar sensores de monitorización del agua, estaciones meteorológicas, sensores en las plantas, imágenes de satélite, imágenes de dron, lo que haga falta para comprender el comportamiento de nuestros cultivos. Tenemos que aprender y sacar el mayor partido a la tecnología disponible para ser cada vez más eficaces y eficientes”.