Los investigadores advierten que los episodios de calor extremo por el cambio climático pueden retrasar el desarrollo en la primera infancia.
Una nueva investigación de la Universidad de Nueva York advierte de que los niños expuestos a temperaturas más altas pueden experimentar retrasos en sus primeras etapas de desarrollo. Las conclusiones llegan mientras científicos de la UE de Copernicus señalan que 2025 probablemente será el segundo o tercer año más caluroso en los registros.
Cómo afecta el calor extremo al desarrollo infantil
Publicado en el Journal of Child Psychology and Psychiatry, el nuevo estudio analizó a 19.607 niños de 3 y 4 años de Gambia, Georgia, Malawi, Madagascar, Palestina y Sierra Leona. Los investigadores seleccionaron estos países por los datos detallados que tienen sobre el desarrollo infantil.
Comprobaron que los niños expuestos a una temperatura máxima media superior a 30ºC tenían entre cinco y 6,7% menos probabilidades de cumplir hitos básicos de desarrollo en lectura y matemáticas. Estas repercusiones fueron "más acusadas" entre los niños de hogares con desventaja económica.
Proteger a los niños del calor extremo
El autor principal, Jorge Cuartas, afirma: "Necesitamos con urgencia más investigación para identificar los mecanismos que explican estos efectos".
Cuartas añade: "Este trabajo ayudará a señalar objetivos concretos para políticas e intervenciones que refuercen la preparación, la adaptación y la resiliencia a medida que el cambio climático se intensifica". Cuartas advierte de la "urgente necesidad de proteger el desarrollo infantil en un mundo que se calienta".
Por qué los episodios de calor extremo son cada vez más frecuentes
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el cambio climático provocado por el ser humano ha agravado la frecuencia y la intensidad de las olas de calor.
Este verano, el cambio climático elevó las temperaturas hasta 3,6ºC en 854 ciudades europeas. Investigadores constataron que alrededor de 24.400 personas murieron como consecuencia de las temperaturas extremas en Europa este verano.
Sin el calentamiento provocado por la actividad humana, 16.500 de estas muertes se podrían haber evitado, lo que significa que el cambio climático fue responsable del 68% del exceso de muertes.
La doctora Clair Barnes afirma que unos pocos grados pueden marcar la diferencia entre "la vida y la muerte de miles de personas". Barnes concluye: "Es otro recordatorio de que el cambio climático no es un problema que podamos abordar en algún momento del futuro".