Miles huyen de la ciudad de El Fasher, en Darfur del Norte, mientras se intensifican los combates. Los bombardeos y los tiroteos han obligado a las familias a abandonar sus hogares y a buscar seguridad en localidades cercanas.
Muchos llegan agotados, deshidratados y sin nada tras el saqueo de sus pertenencias.
Los refugios improvisados llenan ahora los campos abiertos en torno a Tawila, que ya acoge a cientos de miles de desplazados por la guerra.
La caída de El Fasher alimenta nuevos temores de que Sudán pueda volver a fracturarse.
 
             
             
             
             
             
             
             
 
 
