El patrimonio cultural italiano, en peligro

El patrimonio cultural italiano, en peligro
Por Euronews
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Pregunte a cualquier turista, de Nueva York a Pekín, por un monumento italiano. La respuesta probablemente será el Coliseo. Con casi 2.000 años de historia, el anfiteatro construido bajo la dirección de los emperadores romanos de la dinastía Flavia, para acoger los juegos de circo y combates de gladiadores, es el monumento más visitado del país con casi 5 millones entradas de cada año.Y el segundo más visitado del mundo, después de la Torre Eiffel.
Una fama que tiene consecuencias más prosaicas, como ser la principal atracción de un sector, el turismo romano, que genera cada año unos beneficios de 5.000 millones de euros.

Sin embargo, el Coliseo es también un símbolo del tipo de gestión destinada a este recurso económica único en el mundo. De todo el maná que genera, solo se dedican a la conservación y la gestión diaria del anfiteatro unos 800.000 euros anuales. Un presupuesto destinado en parte, por ejemplo, al taller de lavado de mármoles que se encarga del estudio y catalogación de las piezas arqueológicas.

Italia no tiene petróleo. Su mayor riqueza un ingente patrimonio natural, histórico y cultural acumulado a lo largo de 28 siglos a lo largo de una sucesión ininterrumpida de diferentes civilizaciones.

Vittorio Cogliati Dezza, presidente de la asociación italiana ‘Legambiente’ para la defensa del medio ambiente y el patrimonio cultural:

“Hace tiempo circulaba un chiste, que es gracioso, aunque tamibén amargo: ‘¿Sabes que el 60% del patrimonio cultural de la humanidad está en Italia?’ ‘Y el resto?’ ‘El resto está a salvo’. Bueno, ese es el problema de nuestra herencia cultural. Que arrastramos una visión de gobierno en este país que considera el patrimonio cultural como un simple gasto, un gasto innecesario además, un peso económico”.

En la clasificación del Patrimonio de la Humanidad elaborada por la Unesco, Italia ocupa el primer lugar, con 47 reconocimientos, seguida de España y China.

Pero la asignación de recursos para preservar esta riqueza ha quedado reducida a su mínima expresión.

El presupuesto del Ministerio de Bienes y Actividades Culturales es prácticamente la mitad respecto a hace una década. En 2000, el Departamento tuvo a su disposición un poco más de € 2 mil millones. En 2011, menos de mil quinientos millones (un 0,19 % del presupuesto del Estado).

No es de extrañar, pues, que se repitan las críticas sobre el estado de conservación de este patrimonio. En las últimas semanas, por ejemplo, el Coliseo ha sido acordonado estableciéndose un perímetro de seguridad de quince metros preservar los transeúntes de posibles desprendimientos. Según la Surintendencia arqueológica en los últimos 2 años ha habido tantos desprendimienos como en los diez anteriores.

Así surgió la idea de recuperar la figura renacentista del mecenas. Y que los grandes industriales italianos se convirtieran en filántropos, como el empresario del calzado Diego della Valle, al frente del grupo Tods, que ha puesto sobre la mesa 25 millones de euros para restaurar el Coliseo. A finales de enero, la casa de moda Fendi anunciaba que donará más de dos millones de euros para la rehabilitación de la Fontana de Trevi,en Roma.

Pero hoy por hoy, en el Coliseo se afrontan sólo los trabajos de mayor urgencia, por ejemplo, la restauración de arcadas, actualmente en curso. Y es que aún no se han resuelto los numerosos recursos judiciales que impiden al sector privado intervenir económicamente. Se critica que los beneficios generados por los derechos de imágen vayan a parar al bolsillo de los industriales que se hacen cargo de los gastos de restauración, ya que al fin y al cabo el patrimonio a restaurar es de todos. Aunque el director del Coliseo no ve nada malo en ello.

Rossella Rea, Director arqueológico del Coliseo:

“Ya hace veinte años que el Coliseo necesitó un primer patrocinio, así que está claro que el ministerio entonces no tenía los fondos para hacer frente a una completa restauración del anfiteatro. Veinte años después, la situación ha empeorado, por lo tanto: ¡bienvenida sea a la intervención del sector privado! El acuerdo de patrocinio no contempla ninguna posibilidad de publicidad en el monumento”.

Sin embargo, la asociación italiana de consumidores más importante ha presentado un recurso ante el Consejo de Estado y espera un veredicto para abril. Se queja, entre otras cosas, que de los 25 millones de donación Della Valle deducirá 8 millones de impuestos.

Carlo Rienzi, presidente de ‘Codacons’, la asociación de consumidores en Italia:

“Esto no es un patrocinio, esto es malvender por cuatro duros un monumento que representa a Italia y que podrá utilizarse en proyectos de publicidad y comerciales. Ellos dicen que no es así, pero hemos leído el contrato. Se podrán ceder los derechos de la Fundación “Amigos del Coliseo” a un tercero, en el sector privado, así que es una ocasión de oro para aquellos que compran por nada y menos el Coliseo, no está bien”.

Hay otro problema, también grave y urgente: el tráfico. A pesar de que se ha hecho peatonal parte del entorno, alrededor del Coliseo circulan más de 2.000 vehículos.Además, justo al lado, se construye una nueva línea de metro.

Unos doscientos cuarenta kilometros más al sur, en Pompeya, cerca de Nápoles, se encuentran los restos del destino vacacional de la élite de la antigua Roma.
En el año 79 después de Cristo una erupción volcánica del Vesubio acabó con la vida de sus doce mil habitantes, esculpiendo en ceniza y lava la ciudad. Pero el segundo lugar más visitado de Italia, según la Unesco, ha sufrido un deterioro inexorable.

En 2010, los restos de la escuela de gladiadores (Schola Armaturarum) se vinieron abajo. Las imágenes del desastre dieron la vuelta al mundo y avergonzaron Italia. Desde entonces la situación no ha cambiado demasiado.

01/24/2013: Al día siguiente de nuestra llegada, un deslizamiento de tierra debido a la falta de un correcto sistema de drenaje del agua de lluvia provoca el derrumbe de un muro de contención, por suerte una obra moderna, junto a una hilera de ‘domus’ (vivendas romanas) en restauración en estos momentos.

Hasta ahora nadie tiene el valor de ofrecerse a patrocinar las obras que hace falta acometer. Le ha tocado a la Unión Europea actuar, destinando ciento cinco millones a la rehabilitación de cinco ‘domus’ emblemáticas. La “Casa de criptopórtico” y la “Casa de los Dioscuros” serán las primeras en ser restauradas.

Grete Stefani, director del sitio arqueológico de Pompeya:

“El ‘Gran Proyecto de Pompeya’ de la UE es una oportunidad muy importante, ya que permitirá asegurar todo el sitio arqueológico. De ahí se podrá continuar con pequeñas intervenciones en diferentes edificios y, progresivamente, recuperar control de toda la ciudad”.

En algunas casas ya hay restauraciones en curso. La Casa de los ‘Cupidos Dorados’, por ejemplo, se reabrirá al público en breve. Pero de los 1.500 edificios presentes en las sesenta y seis hectáreas de Pompeya, entre el centenar de los más edificios más importantes dos docenas están cerrados por trabajos o peligro de derrumbe.

Carmela Mazza, arquitecto de la oficina técnica de Pompeya.
“En el pasado teníamos un grupo, un equipo técnico y entre arquitectos, topógrafos, ayudantes, éramos treinta personas. Actualmente quedamos menos de la mitad”.

Hoy por hoy en Pompeya hay menos de 30 vigilantes para sesenta y seis hectáreas y 10.000 visitantes por día. En 1997, el personal estaba compuesto de 279 individuos, hoy son 197. Cuando alguien se jubila no se le reemplaza. Y todos los que encontramos tienen ya el retiro a la vuelta de la esquina.

Sin embargo, para salvar lo que queda el mantenimiento regular es la única solución. Hace falta una gran intervención, como la de la Unión Europea, pero no servirá de nada si no se le da continuidad en el día a día.

Antonio irlandés: “De nuevo estamos hablando de proyectos con gran repercusión en la opinión pública que probablemente den pie a frases lapidarias del tipo “hemos salvado Pompeya”, que es una declaración que repiten los gobiernos y ministros de turno”.

A pocos kilómetros de Pompeya, en Oplontis, visitamos la magnífica villa de Popea, para la que puede que ya sea demasiado tarde. No es fácil para los turistas llegar hasta allí. El lugar está mal señalizado. La casa de una de las primeras damas más famosas de la antigüedad, segunda esposa de Nerón, estaba exquisitamente decorada. Sus frescos todavía dejan adivinar la magnificencia del lugar, aunque no cuenten ni con iluminación, desde hace años estropeada. La humedad, provocada por las innumerables goteras, amenazan con arruinar los esfuerzos de la restauradora de frescos, que trabaja en el interior de la villa con un contrato basura de solo dos meses de duración.

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