La Unión Europea aprovecha el Día Mundial de la Libertad de Prensa para pedir a países como Turquía, China o Rusia que pongan fin a la persecución de los…
PUBLICIDADLa Unión Europea aprovecha el Día Mundial de la Libertad de Prensa para pedir a países como Turquía, China o Rusia que pongan fin a la persecución de los periodistas.
Sólo en Turquía hay cerca de 160 periodistas en prisión.
Please read: Speech by Sevinc Kart, wife of imprisoned cartoonist, #MusaKart for conference on imprisoned media https://t.co/bZ79JhJJ4n#WPFpic.twitter.com/b51a74hnkx
— CRNI (@CRNetInt) 3 de mayo de 2017
Entre ellos, el cariturista Musa Kart, que se enfrenta a 29 años de cárcel acusado de colaborar con el terrorismo.
“Últimamente, en Turquía, la libertad de expresión y los medios de comunicación se encuentran bajo presión. El períodico Cumhuriyet fue uno de los elegidos para una operación de limpieza. Fue una operación política. 12 empleados del rotativo, incluidos el director y mi marido, Musa Kart, fueron detenidos y están en la prisión de Silivri. Es difícil explicar lo que estamos sufriendo porque resulta imposible de creer”, nos cuenta Sevinc Kart.
Cartoonists use drawings to demand the release of colleagues in Turkey #MusaKart#FreeTurkeyMedia#LibertadDePrensahttps://t.co/0sbqmVLHtQpic.twitter.com/rHJjT0imku
— elkoko (@Elkokoparrilla) 3 de mayo de 2017
Alemania también ha protestado por la detención de un periodista turco de origen alemán, Denis Yücel.
Para la eurodiputada Rebecca Harms, la Unión Europea también debería fijarse en lo que ocurre dentro de sus fronteras, como la situación de los medios en Hungría:
“El periodismo no es un crimen. El periodismo independiente, la libertad de expresión, el pluralismo de los medios de comunicación es algo que considero una precondición de la democracia. … Por ejemplo, en Hungría, la situación de los medios, pese a las críticas desde Bruselas, no deja de empeorar día tras día.”
Según Amnistía Internacional, la tercera parte de los periodistas encarcelados en el mundo está en Turquía”.
Desde el fallido golpe de Estado del pasado julio, al menos 156 medios de comunicación han sido clausurados y 2.500 periodistas y otros trabajadores han perdido sus trabajos.